SERIGO ARTURO VENEGAS RAMÍREZ
Uno de los coordinadores de seguridad de El Campanario, Carlos Bonilla estaría haciendo más que vigilar los accesos al lujoso club de golf y residencial de mayor exclusividad -junto con El Campestre- de Querétaro: Espiar a residentes.
Al menos eso se desprende de una serie de diálogos que esta persona sostuvo a partir de septiembre del año pasado con una subalterna a quien da órdenes de investigar a familias, teléfonos y ocupaciones en “el Tribunal Sup (sic) del Edo de Qro y con tus amigos de la fiscalía”.
Y es que aunque no son sus funciones, Carlos Bonilla daba órdenes precisas a un subalterno sobre qué debía o no informar a la administradora “Lic Gabriela”, en relación las multas a residentes que rebasan límites de velocidad, pero también sobre datos generales de algunas familiar.
Y eso es lo preocupante.
Por ejemplo, en un diálogo, Bonilla le indica a su subordinado: “Me consigue por favor los datos de José María Felipe E. S. (Omitimos los apellidos por privacidad de aludido). Búscalo en la base de datos. Por favor. Checalo (sic) también en el Tribunal Sup del Edo de Qro y con tus amigos de la fiscalía. A ver si conseguimos sus teléfonos”, le indica.
Inmediatamente ella le responde: “Aparece este numero (sic) de celular 554820****”.
Bonilla le revira: “Mándame toda la info, incluyendo domicilios porfa”.
En otro diálogo, el jefe de seguridad le informa a la misma persona: “Los residentes de la 6ta Purísima #1** entregan en recepción copia de hechos del robo de su tag (tarjeta vehicular de acceso a El Campanario), copia del contrato de arrendamiento y copia de identificación, por tal motivo replicón asigna nueva tag a la camioneta Cayenne”.
Inmediatamente después, le pide datos:
“Escanea todo y mandame (sic) copia. Consigue en internet una del Sr foto (sic) y la imprimir a color de preferencia. Metes todo en una sobre y más tarde lo recojo. Borras todo y olvidas el asunto. Gracias”.
Ok, le responde la persona.
Destaca de entre los chats en poder de PLAZA DE ARMAS otro en el que le comenta que en la Segunda de Santo Domingo número *** vive la familia P****** M*****.
E instruye: “Mañana me informas por favor quienes son los residentes. Mañana. No lo delegues. Tu (sic) misma lo haces… Confidencial”.
La persona investiga y le responde: “Lo que aparece en sistema? Es Bernardo T***** `******. Y su teléfono 44268*****”.
Bonilla le pide más información: “Y Quien (sic) es? Luego me das su posición política”.
Su interlocutora amplia los datos: “Y la sra. María Dolores P****** M*****. (Al esposo) No lo ubico en ningún puesto gubernamental”.
En sus diálogos, Carlos Bonilla deja ver las diferencias que sostiene con la administradora de nombre Gabriela.
Por ejemplo, le dice a su subalterno: “Te recuerdo pendientes por favor. La actualización de las alarmas influyendo intento de robo de la Mercedes. Los expedientes físicos de multas confinadas por la administración (confidencial y muy importante. El caso de las multas de Cordero y Ocejo. Condonadas”.
Cuando su interlocutor le dice que la la administradora está molesta por la información que pide el jefe de seguridad, este le ordena: Dile que cualquier cosa me diga a mi. Que fue orden mía”.
Más allá de las diferencias en temas administrativos, destaca el interés de Carlos Bonilla por conocer datos de tales o cuales familias y obtener sus fotografías y números celulares, además de cargos políticos.
Esto, además de -según el chat- tener acceso a la base de datos del Tribunal Superior de Justicia e información de “amigos de la fiscalía”.
Apenas en agosto pasado, la Unidad Condominio Hacienda El Campanario informó a los residentes que hubo cambios en el equipo de seguridad.
Según el “boletín informativo”, Fernando Fernández, “especialista en seguridad” implementaría un proyecto de Seguridad Integral y Sistematizada.
Además, se daba a conocer que el capitán José Luis Zárate dejaba de “colaborar” en el Condominio y su lugar como jefe de seguridad sería tomado por el también capitán Salvador Pérez López.
EL CAMPANARIO
Considerado el fraccionamiento preferido por las familias más poderosas de Querétaro, El Campanario es el lugar elegido por conocidas familias queretanas y personas de alto poder económico recién llegadas al estado, para vivir a la capital.
Militares, ex gobernadores de otras entidades, reconocidos empresarios y parte de la crema y nata queretana habitan las mansiones cuyos precios iniciales rondan el millón de dólares.
Ahí también viven algunos personajes con un pasado no tan claro en términos económicos.
Y es que desde hace años, el otro exclusivo club de golf queretano -El Campestre-, está saturado, por lo que viejos y nuevos ricos decidieron comprar en el fraccionamiento
propiedad de un importante grupo político económico de Jalisco.
Lo que no sabían es que su propio aparato de seguridad los espía.
Indagan no a los ajenos que pretenden entrar, sino a los de adentro.