EL JICOTE
Recuerdo un viejo sketch de los Polivoces representados en dos campesinos. Chano decía: “Tengo a mi mujer muy enferma y la necesitan operar, mi casa se me incendió anoche, a la cosecha le cayó una helada. Y no tengo dinero”. Chon: “Pero Chano tienes ganado, tractores y terrenos de siembra. ¿Por qué no los vendes?” Chano: “No, no los puedo vender, esas cosas se venden sólo en casos de urgencia”.
La renuncia de Germán Martínez al IMSS es digna de reflexionar, no solamente porque viene de un alto funcionario que ha experimentado internamente las simulaciones y contradicciones de la cuarta transformación, sino porque su carrera política no está vinculada a Morena, ni a López Obrador ni a su equipo, tiene un margen de libertad y autonomía que le permite hacer denuncias personales, exhibir frustraciones institucionales y hasta darse el lujo de desahogos y despechos por el desdén y maltrato del que ha sido objeto.
Nadie duda sobre la pertinencia de la lucha de López Obrador en contra de los privilegios, Obviamente la salud de los mexicanos no es algo superfluo sino que es de los “casos de urgencia” que aceptaría hasta Chano. En su explosiva renuncia Martínez acusa a Hacienda tener una influencia perniciosa en el sector y de hacer ahorros en los que se juega la vida de los enfermos. Y tiene razón, el primer trimestre del año, el IMSS tenía autorizada una erogación de 167 mil 664 millones de pesos y se ejercieron 147 mil 568 millones, 19 mil 187 millones de pesos menos.
De la misma forma, todos estamos de acuerdo con apoyar al Presidente en la lucha contra la corrupción, pero no es posible que por este noble propósito se cancelen los contratos de los proveedores y Hacienda concentre las compras de los medicamentos. El resultado es ya el desabasto, las enfermedades se agravarán y los ahorros serán contra producentes.
Obviamente Hacienda actúa bajo las instrucciones de López Obrador, lo que significa que acusar al Secretario Carlos Ursúa y a la Oficial Mayor Raquel Buenrostro, es acusar al Presidente. Pues Germán Martínez les hace graves acusaciones, los llama “inhumanos, insensibles” y, lo peor, “neoliberales”, que es algo así como sacar ajos y un crucifijo frente a Drácula.
La respuesta del Gobierno y de Morena sería evaluar si vale la pena la prioridad en los gastos clientelares, en la salvación de PEMEX y la refinería de Dos Bocas. No, imposibilitados para atribuir la renuncia a los gobiernos pasados, concentraron sus ataques en recordar que Germán Martínez fue Presidente del PAN. Me rindo.