ANTORCHA CAMPESINA
En la encuesta publicada este 5 de mayo por Investigaciones Digitales “México Elige”, se consigna que el presidente Andrés Manuel López Obrador cuenta con 54.9 por ciento de aprobación por parte de los ciudadanos mexicanos. Este porcentaje es alto si lo comparamos con los porcentajes obtenidos por los anteriores presidentes de la república, pero es bajo si tomamos en cuenta que se llegó a manejar hasta un 85 por ciento de aceptación apenas en el mes de febrero, lo que evidencia que los mexicanos se están dando cuenta que ha perdido el rumbo, si es que en algún momento lo hubo. La decepción y el arrepentimiento de sus seguidores llegó más temprano de lo esperado, como no ocurrió con los anteriores presidentes de Mexico.
López Obrador generó muchas expectativas con sus propuestas de combatir la corrupción, frenar la delincuencia, la inseguridad, dar preferencia a los pobres y promover la austeridad. Sin embargo, hasta ahora no ha cumplido ninguna de sus promesas, ni se ve que tenga la menor intención de cumplir; no está apoyando preferentemente a los pobres, no está combatiendo la corrupción y tampoco está honrando su palabra de vivir con austeridad pues, aunque que prometió disminuir a la mitad el gasto asignado a comunicación social, tiene proyectado gastar 4 mil 278 millones de pesos, mientras que el año pasado, Peña Nieto gastó 3 mil 278 millones de pesos, muy pronto se olvidó de su proletario Jetta blanco engaña bobos y sus viajes en aeronaves comerciales, para trasladarse en grandes convoyes de vehiculos suburban blindados y en poderosos aviones de las Fuerza Armada de México.
Su determinación de despedir a cientos de miles de trabajadores de varias dependencias federales como el SAT, Pemex y Seguro Social, contratados a su llegada al gobierno, de retirar los subsidios a las guarderías infantiles, dañando a madres y padres de familia que no tienen quien les cuide a sus hijos, de no contar con una estrategia clara y eficaz para combatir el crimen y la inseguridad, de violentar la ley con proyectos sin licitarse, además de la expedición de memorandos a destajo y sin el menor sustento jurídico, ponen lo evidencian como inconsecuente y falto de palabra. El problema más grave, sin embargo, es el económico, pues hasta el momento él y su equipo no han sabido instrumentar una política que repercuta en un crecimiento positivo; al contrario, las medidas adoptadas han reducido las expectativas crecimiento económico en perjuicio de todos los mexicanos.
Dejar de construir el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México proyectado en Texcoco, además de restringir la inversión pública con el argumento de fomentar la austeridad en el gobierno; comprar pipas sin licitar para trasladar combustible, encareciendo las gasolinas, además de permitir durante semanas el bloqueo de las vías del ferrocarril por sus aliados, los profesores de la CNTE, en el Estado de Michoacán, impidiendo el paso de mercancías, entre otras muchas acciones, que provocaron millonarias pérdidas economicas y un gran desprestigio para el país a nivel mundial. En lo político, López Obrador insiste en mantener confrontado al país y acusando y calificando de “conservadores”, “fifís”, o de ser parte de la mafia del poder a quienes no coinciden con muy particular forma de conducir el rumbo del país. Así se ha confrontado con la prensa, empresarios, dirigentes de partidos políticos y organizaciones sociales, incluyendo a diputados, senadores y a los propios miembros de su gabinete.
De continuar con esta forma ejercer el poder, que es lo más seguro, no solamente disminuirá su porcentaje de aprobación, sino que llevará a México a un “callejón sin salida” cuando menos en los rubros que hemos abordado. Quisiera desechar el comentario surgido durante sus tres campañas políticas que, “López Obrador es un peligro para México”, pero me resulta imposible; su fe ciega y su terquedad de que los únicos datos que valen son los suyos, es más grande que la realidad, y desafortunadamente todos los mexicanos, incluidos los treinta millones que votaron por él, muchos de ellos ya arrepentidos, terminaremos pagando los platos rotos.
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@jgurrolag11