QUERETALIA
EL QUERÉTARO MERCANTIL IV
El mercado “Hidalgo” (entre las avenidas Morelos, Ezequiel Montes y Miguel Hidalgo) sustituyó en importancia al mercadillo que se hacía en la Calzada de Belén (hoy Ezequiel Montes) cuando ésta fue ampliada para extender la circulación hacia el sur de la ciudad en los años sesenta del siglo pasado, todavía en la puerta situada en la calle Miguel Hidalgo se lee: “Ayuntamiento – 1957”.
Por las décadas cincuenta y sesenta del siglo XX, los camiones que hacían la ruta hacía Santa Rosa y a El Pueblito, tenían su paradero en la Calzada de Belén, próximos a los puestos de las mujeres indígenas tocadas con rebozos que venían de Santa María Magdalena, Carrillo y Tlacote, mismas que acomodaban su mercancía en pilas sobre una manta; también por ahí pasaban las mujeres que vendían tortillas de casa en casa o hierbas perfumadas y legumbres. En 1957 fue construido el Mercado Hidalgo en un predio que pertenecía a la Junta Vergara y en aquel entonces servía de Casa de Carros de la Junta de Navidad donde se colocaban las tramoyas, mojigangas y la utilería de los tradicionales Carros Bíblicos de la Navidad.
En 1964, para prolongar la calzada, se abrió el callejón llamado de “La Verdolaga” hasta la Ribera del Río. Los locatarios del mercado y los vecinos recuerdan que cuando los albañiles realizaban estas obras se encontraron un cofre con monedas de oro y joyas que los trabajadores se arrebataban entre sí y luego corrían por varios rumbos. Cuando llegó la “caperuza” (camioneta de policía), no encontraron ya nada y las autoridades dijeron que era sólo un reloj azolvado en la antigua cañería.
El mercado tiene sus personajes viejos y nuevos y tiene una personalidad que lo hace diferente a los de otros rumbos de la ciudad. Ahí está la carnicería “La Mexicana” atendida por los hijos de don Adrián Martínez, la fonda “La Carmelita”, las frutas de “Los Reséndiz”, los Vásquez de la pollería, los jugos “Tres Tercios”. En sus alrededores estuvieron algunas cantinas y pulquerías, tienda como “El Limoncito”, donde preparaban amargos de prodigiosa, ponches y memazos, la ferretería, las peluquerías de “La Principal” y “El Rizo de Oro”, la panadería de “Los Vascos”, los abarrotes de “Los Montes”, las mercerías de “Los Aboytes”, la tienda de telas y ropa de “Los Ruíz”, la lechería de “Las Castañeda”, la carnicería de “Don Adrián”, las fondas y los fruteros con más de medio siglo de servicio. El armazón del techo es único pues conserva aún el original.
MERCADO DE EL CRUCERO O DE “EL TEPE”
Por muchos años el mercado “De El Crucero” fue el lugar de encuentro entre los vecinos de los barrios de “El Tepetate” y de San Roque; el nombre hacía referencia al crucero de la vía del Ferrocarril Nacional. En ambas aceras, sobre las banquetas de las calles de Invierno y Porfirio Díaz (hoy Héroe de Nacozari), se ponían los puestos de varilla, de losa de barro; las mujeres de Santa María Magdalena y de San Miguel Carrillo traían las verduras y tortillas.
Ahí se encontraban ropavejeros, tierreros, huaracheros, sombrererías en vía pública y puestos que vendían comida. Era el punto de concentración de vecinos de otros barrios, de comerciantes que hacían su plaza en diversos lugares de la ciudad y pueblos vecinos, el lugar del trueque y de la tranza.
En 1979, comenzó a funcionar el mercado “Benito Juárez”, mejor conocido por los vecinos como el mercado de “El Tepe”; pero no sólo es espacio físico porque lo desborda el ambulantaje -ya no solamente los jueves y domingos, sino todos los días del año-. Puertas, ventanas, cocheras, zaguanes, cajuelas, sirven para el negocio, “a ver qué le vendo, qué me compra, qué necesita”; es un mercado que abarca las calles de Juan Álvarez, Jiménez, Invierno, Encanto, San Roque y otras aledañas que suben hasta “El Cerrito”.
Es un espacio deslumbrante, todavía con resabios de aquellos tianguis que describieron Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo en el siglo XVI, al decir de Edgardo Moreno, cuando se encontraron con una cultura diferente a la suya. Todavía se encuentran tortillas “hechas a mano”, pájaros de todas las regiones, loros, frutas desde las de temporada hasta las importadas de Australia. Hayamos también plantas “exóticas” y cactáceas cuya venta está prohibida. En fin se puede conseguir desde un juego digital hasta piezas de software, sofisticados aparatos de sonido y agendas electrónicas; lo mismo “best seller” de moda, Coelho, García Márquez, Fuentes, el último libro de la serie de Harry Porter hasta el Álgebra de Bal-Dor.
El 10 de agosto -a las tres de la mañana- de 2018 ocurrió un lamentable incendió que dejó convertido en cenizas gran parte del mercado, por lo que el Ayuntamiento y el Gobierno del Estado se han dado a la tarea de reconstruirlo desde sus cimientos, dejándolo mucho más bello y funcional que el de la obra original de 1979. En febrero de 2019 queda totalmente restaurado con la presencia del gobernador Domínguez Servién y el alcalde Nava Guerrero en medio de una fiesta popular.
MERCADO DE LOMAS DE CASA BLANCA
Enclavado en las faldas de El Cimatario, el eterno centinela de Querétaro, se asienta el Mercado de Lomas de Casa Blanca, en lo que en los años setenta fue un tiradero de basura municipal y más tarde campos de futbol, entre las calles 8 y 10. En el año de 1975 se instalaron los primeros puestos y se formó un tianguis sobre la calle 6 de la citada colonia popular para luego colocarse la primera piedra del mercado en cita el 6 de mayo de 1978, con la presencia del secretario de Gobernación Enrique Olivares Santana y la de los mandatarios local y municipal Antonio Calzada Urquiza y Mariano Palacios Alcocer, respectivamente. El espacio quedó construido en la esquina que forman las calles 21 con la 10, en una superficie de 7000 m2, con una construcción de 5000 m2.
Se inauguró el 28 de agosto de 1979 gracias al crédito que para la obra autorizó BANOBRAS, con el aval del estado y municipio. Ese día, el gobernador Calzada y el presidente municipal Palacios Alcocer entregaron los 199 locales fundacionales, mismos que se han incrementado y a la fecha ya cuentan con 248 locales y 800 tianguistas, colocándose éstos en la explanada los días jueves y domingos.
Gracias a la información proporcionada por los señores José Guadalupe Hernández Hernández y Rafael Granados Guerrero, este último secretario General de la Federación de Locatarios, sabemos que algunos de los locatarios fundadores de este tradicional mercado fueron Gregorio Hernández Méndez, Alicia Pichardo Cárdenas, Guadalupe Rodríguez Mondragón, Juana Herrera Paredes, Juan Amador Rangel, Aurelio Sánchez Hernández, Raúl Rangel Salinas, José Gildardo Rangel Salinas, entre otros.
El mercado en cita ha tenido tres remodelaciones importantes: durante la administración del alcalde Jesús Rodríguez Hernández (1994-1997), con el munícipe Francisco Garrido Patrón (1997-2000) y finalmente con Roberto Loyola Vera (2012-2015), gracias al apoyo del gobernador José Calzada Rovirosa.
Además de la riqueza cultural popular que se da en este espacio comercial, a través del lenguaje y prácticas mercantiles, el lugar es punto de convergencia de una pluralidad vecinal que encuentra y hace tejido social en una sana convivencia, como el hecho de tener dos peregrinaciones anuales desde este mercado hacia el templo de La Congregación y hacia el santuario de la Virgen de El Pueblito, en las que no solamente participan comerciantes sino los piadosos vecinos también.