Para Iker pisar el acelerador de este auto va más allá de hacer rugir un motor que puede alcanzar los 300 caballos de fuerza y que pesa menos de 700 kilos, cuando los autos promedio alcanzan mil kilos de peso o más. Para demostrar la proeza de este auto deportivo hecho 100 % en México, Iker nos invita a una pista de asfalto anexa a la planta armadora ubicada en el estado mexicano de Querétaro donde se ensambla esta innovación tecnológica.
De la vista nace el amor, y eso logra este auto: enamorar a todos, incluso a quienes no son entusiastas de la velocidad. Iker Echeverría, de 30 años y cofundador junto a su hermano Guillermo de la automotriz VIUHL, sube cuidadosamente a esta máquina de velocidad, la enciende y con un pequeño golpe al acelerador, el motor cobra vida y nos demuestra su gran fuerza y capacidad.
Mientras, Iker calienta los motores, destaca cómo estos autos deportivos son resultado de un gran equipo cuya imaginación y talento no tienen fronteras, “no son ensambladores; es gente que trae un nivel mucho más alto, que trae inclusive un nivel de entusiasmo diferente y eso hace que el ambiente sea completamente distinto; la gente que está en VUHL se capacita durante años y así cada una de las personas del equipo aporta un gran valor a la cadena completa de ensamblar un auto”.
En esta planta de VUHL se hace el ensamblado final, desde el chasis hasta la carrocería cuyo diseño y producción se realiza a partir de la fibra de carbono, algunas otras piezas se importan de Europa, pero la ingeniería que mueve a los autos de VUHL es cien por ciento mexicana.
¡¿Listos?! Iker pisa hasta el fondo el acelerador, este modelo VHUL 05 alcanza los 100 kilómetros por hora en menos de 3,6 segundos, presenciarlo es simplemente sorprendente. ¿Cómo lo logran? Su hermano Guillermo nos explica: “con materiales muy livianos como fibra de carbono, principalmente titanio, aluminios, aceros de altas aleaciones y con un diseño estructural muy optimizado para lograr resistencia; nuestro coche más ligero pesa 660 kilos que cuando lo pones con un motor de 4 o 6 caballos logras una relación peso/potencia espectacular y puede ser realmente muy rápido”.
Igual de llamativo es su modelo de negocio, contrario a lo que indica el mercado de autos de producir en masa, VUHL apostó a ir en la dirección contraria. Aquí solamente se producen de uno a dos autos por mes, ya que cada modelo es único. No existe uno igual a otro, es decir, se personaliza a gusto, exigencia y presupuesto del comprador.
Los precios oscilan entre los US$ 120.000 y US$ 180.000. El objetivo para este año es tener mayor penetración en el mercado europeo y seguir fortaleciendo su presencia en Estados Unidos de donde provienen la mayoría de sus clientes.
Estos dos hermanos mexicanos, con su trabajo y dedicación, están posicionando a México en el escenario de los grandes productores automotrices de lujo y, a decir de ellos, el combustible que seguirá moviendo a VUHL seguirá siendo la pasión. “Existe esta pasión por seguir empujando los límites y por conseguir los sueños y ser ambiciosos, yo digo que lo que está detrás de todo esto es la pasión”, afirma Iker.
Así es como VUHL pretende llegar a ser el auto global de México.
POR: AGENCIAS