Es la una de la tarde con tres minutos.
Viernes.
El sol cae como plomo en Plaza de Armas cuando la camioneta que traslada al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se estaciona en Pasteur y 5 de Mayo.
Desciende el tabasqueño y la multitud lo rodea. Le besa, apachurra y abraza.
Fotos por aquí y por allá.
-Una selfie, pide el fotógrafo Franco oh!. Otra más.
Y las peticiones para que interceda en tal o cual asunto.
-Gilberto, le llama López Obrador, “te encargo que le des seguimiento a este asunto.
Andrés Manuel pisa la explanada de la Plaza y el gobernador Francisco Domínguez lo recibe. El presidente le da un apretón de manos.
Llegan a la entrada de Palacio de la Corregidora y voltean para la foto con un saludo.
A unos metros de ahí, el equipo de seguridad del mandatario queretano cierra la valla cuando el ex rector de la UAQ, actual senador por Morena y delegado de programas federales, iba a ingresar. Se había atorado atendiendo la instrucción del presidente electo.
Rápidamente, la ayudantía de López Obrador le abrió paso.
Justo en ese momento, al otro lado de la valla, AMLO atendía a un hombre que se quejaba del Instituto Querétaro del Transporte.
-Gilberto es la vía más segura. Él te va a atender, le dijo Andrés Manuel al quejoso.
A un lado, el gobernador Domínguez pasaba saliva.
Y después de diez minutos de saludos y quejas, finalmente López Obrador ingresó junto con el gobernador y Gilberto Herrera, a la casona de Plaza de Armas.
Recordé en ese momento las declaraciones del gobernador panista, cuando López Obrador nombró como su representante a Herrera Ruiz:
-“Yo soy el gobernador del Estado, él (Gilberto Herrera) tiene que buscar un acercamiento conmigo, no yo con él (…) no son gobierno, el gobierno es hasta el 1 de diciembre”.
Y sí, Gilberto lo buscó, pero acompañando al presidente electo.
Fuentes cercanas a las negociaciones para la reunión en Palacio, comentaron a este armero que todavía el jueves, Domínguez Servién buscó por diversas vías que no asistiera Ruíz al encuentro.
Y asistió.
La reunión duró poco más de dos horas. Estuvieron presentes legisladores federales y estatales, además de colaboradores del gobernador.
A las 15:13, el presidente electo salió de Palacio de la Corregidora para hablar con los reporteros que aguantaron bajo el sol dos largas horas.
Contento, el tabasqueño habló del trabajo que realizará la federación en coordinación con las autoridades locales para acabar con la pobreza extrema:
–“Estamos trabajando en unidad para iniciar la Cuarta Transformación de Querétaro y de México. Desde Querétaro se va a impulsar, a llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública de nuestro país”.
A su lado, con el rostro muy colorado, el gobernador asentía.
Después de hablar sobre el TLCAN, López Obrador se despidió.
-En la tarde les platico -durante el mitin programado para las 17:00 horas en Plaza de Armas- sobre los acuerdos, dijo el presidente electo, antes de regresar a Palacio de la Corregidora.
Parecía que comería con el mandatario estatal, pero no. López Obrador salió en su camioneta por el estacionamiento privado, bajó a avenida Universidad, ingresó a Ezequiel Montes y a la altura de Avenida del 57, bajó del vehículo y con su coordinador, Gilberto Herrera, comió en Las Monjas.
Platicaron largo y tendido sobre el futuro del estado y la relación con el gobierno panista.
Seguramente también abordaron el tema de la elección en la capital del estado.
Muy satisfechos, pasadas las 17:00, arribaron a Plaza de Armas y frente a Palacio de la Corregidora, comenzaron los discursos.
Desde el templete, Gilberto volteó a ver el balcón de La Oficina principal, esa donde quiere estar en 3 años, ya como gobernador del estado.
Si el tiempo y la circunstancia se lo permiten.
POR: SERGIO ARTURO VENEGAS RAMÍREZ