GOTA A GOTA
POR: AUGUSTO ISLA
Los comicios presidenciales de 2018 están prácticamente resueltos en favor de Andrés Manuel López Obrador. Aunadas al triunfo del tabasqueño, las altas olas de Morena parecen devastar el territorio electoral. Todo apunta a que el “movimiento más grande del mundo” como lo llama el megalómano líder, obtendrá la mayoría en el congreso. De ser así, AMLO cumplirá el sueño de su alma tatuada por el viejo PRI, anhelante de un presidencialismo todopoderoso. Nada conveniente para una democracia que exige pluralidad, para una república bien anclada en la división de poder. Autoritarismo e intolerancia asoman en el cielo político de México.
De ahí el llamado de Enrique Krauze a un voto cauteloso, que ponga un dique al poder unipersonal, fuente de desgracia para los pueblos. A esa voz prudente, AMLO respondió desde el templete, que le sienta, perfecto a su simplicidad propuesta, calificándolo mal: como un ‘intelectual orgánico del conservadurismo’. Así tal cual. Como si las multitudes que le escuchaban, entendieran lo que esas palabras podrían significar. Nada de eso anida en el historiador: Krauze es un liberal. Su discurso solo nos previene: entregar nuestra voluntad toda a una persona será causa de nuestra ruina. Y en eso coincide con otras conciencias lúcidas: Roger Bartra, Javier Sicilia, Jesús Silva- Herzog Marques… ¡Cuidado Señor López Obrador. El antiintelectualismo ha sido el regocijo de los fascistas!
Todo indica que AMLO y sus seguidores le darán la espalda a estos mexicanos inteligentes. Con unas cuantas palabras, elementales como, él que hemos oído gritar con esa vocecilla chillona y presumida. AMLO ha atrapado ya a sus adeptos. Habrá que reconocerlo: AMLO aprendió a conmover a las masas, supo agitar sus emociones: las de una ciudadanía hundida en la ignorancia, en la incapacidad de analizar tanta ligereza, eco de su deficiencia intelectual. Lo que no han logrado Meade con su saber, ni Anaya con su retórica desafiante.
Es una pena. Nuestra democracia está rota. Al menos por unos años, AMLO impondrá su voluntad sin equilibrio alguno, sin la oposición que modera el poder. El PAN está desgarrado. El PRI agoniza. El PRD es como una especie en extinción. La esperanza no es MORENA. Tal vez lo sea, en el largo plazo, la madurez ciudadana.