ANTORCHA CAMPESINA
Las cuentas de Anaya
Llama mucho la atención que en las campañas todos los candidatos prometen de todo y reparten de todo, utilizando para ello sus pocas ideas y mucho dinero, pensando quizás que el pueblo no entiende de política, ni importa lo que piense o diga. Prometen lo que saben que nunca van a cumplir, como acabar con la corrupción y la impunidad pues tendrían que desaparecer ellos mismos. En sus spots enviados recientemente al INE para su aprobación, Andrés Manuel López Obrador, candidato de la alianza “Juntos Haremos Historia”, habla que la gente no debe tener miedo de que él llegue al gobierno, que no defraudará; pide a la gente que lo ayude a tener mayoría en el congreso votando por los candidatos a diputados y senadores de la coalición que lo impulsa y promete que terminarán los privilegios en el gobierno y no se va a subir al avión presidencial para no ofender al pueblo de México.
José Antonio Meade y su coalición “Todos por México”, dice en su spot que ha combatido la corrupción toda su vida, que por su trabajo muchos políticos corruptos hoy están en la cárcel. “Nunca he vivido por arriba de mis ingresos y se puede ser servidor público sin lavar dinero, sin tener ranchos, sin vivir con excesos”, ofrece un gobierno que combata la corrupción y poner en marcha un programa social, que apoye a la gente para obtener becas o créditos y la coalición “por México al Frente” según el candidato Ricardo Anaya, promete cambiar a México. De ganar la presidencia de la república, promete consolidar una Fiscalía General de la República autónoma y apartidista, que esté acompañada de una Comisión de la Verdad con asistencia internacional, para “investigar la corrupción del gobierno de Peña Nieto”.
¿Pero cuánta autoridad moral tienen los candidatos que prometen acabar con la corrupción y la impunidad? Ha quedado al descubierto en los últimos días, por ejemplo, que Ricardo Anaya a través de su empresa Juniserra, vendió una nave industrial con siete bodegas construidas en el lote 82 ubicado en Hacienda La Machorra, en el municipio de El Marqués, Querétaro, por 54.8 millones de pesos a dos empleados de muy bajos recursos, del empresario Manuel Barreiro, propietario de la empresa con domicilio fiscal en un lote baldío y que para hacer la operación de compraventa se creó la corporación MAS Sailing Limited, registrada en el paraíso fiscal de Gibraltar y Kross Investments Limited de Vancouver, Canadá, que lo transfirió a Manhattan Master Development.
¿El candidato panista de dónde saca para tanto como destaca? Y es que nomás no le cuadran las cuentas. Si recordamos, su vida como funcionario público inició en el gobierno de Francisco Garrido Patrón, del que fue secretario particular y lo más que pudo haber ganado hace 14 años, eran 80 mil pesos mensuales que multiplicados por 12 meses de cada año más 2 meses de aguinaldo, debió ascender a 1 millón 120 mil pesos al año, que multiplicados por 6 años de la administración de Garrido sumaron cuando mucho 6 millones 720 mil pesos. Posteriormente, en su nuevo trabajo como diputado local plurinominal a partir de 2009 el panista debió ganar algo así como 100 mil pesos mensuales que ascendieron a 1 millón 200 mil pesos anuales más 200 mil pesos de aguinaldo haciendo un total de 1 millón 400 mil pesos, que multiplicados por 3 años suman 4 millones 200 mil pesos.
De 2012 a 2015, como diputado federal plurinominal de la LXII legislatura debió ganar un salario de aproximadamente 150 mil pesos mensuales, que ascendieron a 1 millón 800 mil pesos en los 12 meses del año, más 2 meses de aguinaldo totalizan 2 millones 100 mil pesos, que multiplicados por 3 años suman 6 millones 300 mil pesos. Como presidente del CEN de su partido ganó, según declaraciones en la plataforma 3de3, por salario, menos un millón de pesos.
Sumadas las cuentas, obtuvo: 6 millones 720 mil pesos en su gestión como secretario particular del ex gobernador Garrido; 4 millones 200 mil pesos como diputado local; 6 millones 200 mil pesos como diputado federal y un millón como dirigente nacional del PAN que hacen un total de 18 millones 200 mil pesos. Respecto a sus egresos, Anaya ha dicho que adquirió una casa de 4 millones de pesos y el terreno en cuestión donde construyó la nave industrial en 10 millones de pesos, en suma; 14 millones de pesos. Con el resto, 4 millones seguramente costea los gastos de la educación de sus hijitos en Atlanta, E.U, alimentación, vestido, calzado, salud, transporte en avión, impuestos de servicios, seguridad, etcétera, que seguramente ni le alcanzan. ¿De dónde sacó entonces para construir la nave industrial que ahora vende a su amigo Barreiro en 54 millones de pesos?
Estos son los políticos honestos, sensibles, trabajadores y preocupados por gobernar a los mexicanos para acabar con la corrupción, la impunidad, generar empleos y acabar con la pobreza? Sacristán que vende cera y no tiene cerería? La saca de la sacristía!