PODER Y DINERO
Pánico ante el fantasma del 68
El 22 de mayo de 1929, el entonces presidente Emilio Portes Gil, hizo caso a la demanda de maestros y estudiantes de la Universidad de México y decretó la “Autonomía” a esa institución con el fin de convertirlo en un espacio de libertades en la que se profese el respeto, la tolerancia y el diálogo y en la que, la pluralidad de ideas y pensamiento.
Grandes catedráticos, finas plumas y auténticos personajes de la intelectualidad mexicana lucharon por que el gobierno no se metiera en la libertad de cátedra, ni en la ideología de docentes y alumnos, y que la ahora UNAM administrara sus recursos. Nunca, aquellos padres de la autonomía, pensaron en convertir la actual UNAM en una ínsula de impunidad donde se pisoteen los derechos de estudiantes, maestros y trabajadores, por miedo a fantasmas políticos como emular la crisis estudiantil de 1968. Rectores de gran talla como el actual Enrique Graue, o sus antecesores Octavio Rivero, Salvador Zubirán, Ignacio Chávez, Javier Barros Sierra, Pablo González Casanova, Guillermo Soberón, José Sarukán, Francisco Barnes, Ramón de la Fuente, entre otros, recibieron presiones de grupos ajenos a la UNAM, mediante el financiamiento de porros que toman instalaciones desde la rectoría hasta los auditorios y los parques recreativos, por años. Ya no es sólo el campus de Ciudad Universitaria, sino en materialmente todas sus dependencias como los CCHs, Facultades Externas, entre otras, que se convirtieron en refugio de vendedores de drogas que son protegidos por grupos políticos izquierdistas o del gobierno en turno, anarcos, derechistas, policías y ahora los cárteles de las drogas, que impiden a sangre y fuego estudiar a los verdaderos estudiantes. Varios factores afectan la aplicación de la ley en el campus universitario: el miedo al fantasma del movimiento estudiantil del 68; los poderosos intereses al interior de la UNAM, con lazos en la mayoría de las universidades públicas y privadas en todo el país y, por si fuera poco, convertir en caja de resonancia del proceso electoral a esa gran universidad. ¡Manos fuera de la UNAM!, es lo que clama la comunidad universitaria. Déjenlos estudiar.
PODEROSOS CABALLEROS: No es militante del PRI el abogado Daniel Rodríguez Velazco, quien según el equipo de campaña de Ricardo Anaya representa a los demandantes de operaciones de lavado de dinero y triangulación con el fin de evadir impuesto y el origen de decenas de millones de pesos, del candidato del Frente a la Presidencia. Rodríguez Velazco, según investigadores de PGR, tiene relaciones comerciales con el empresario Manuel Barreiro Castañeda, por más de 10 años. Barreiro es acusado por la Unidad de Inteligencia de la Secretaría de Hacienda, de triangular operaciones en la venta de unos terrenos en Querétaro para un parque Industrial. Barreiro y Rodríguez Velazco se conocen desde que estudiaban en la secundaria del Instituto San Javier de Querétaro. Barreiro pidió a Rodríguez Velazco y a otro demandante identificado como Alberto “N” ayudar en la triangulación de recursos para ocultar recursos usados en la compra de una nave industrial por $54 millones de pesos. Lo grave de esta acusación es, en el caso de apagar el escándalo, un golpe severo a la campaña del candidato priísta, José Antonio Meade. Todo apunta a que la PGR, con Elías Beltrán, irá hasta la última instancia para procesar a Anaya, y éste lo sabe. Ya repara su defensa en organismos internacionales para presentarse como perseguido político.
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El Banco de México, liderado por Alejandro Díaz de León, pronosticó una inflación alta durante 2018, aunque se irá moderando para alcanzar una tasa anual de 3.2% en el primer trimestre del próximo año. Díaz de León, en su primer informe, adelantó que la inflación general estará arriba del 4%, cuando la meta del banco central es de 3% más/menos un punto porcentual. Una mala noticia al poder adquisitivo de los mexicanos.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: Bajo el liderazgo de Miguel Martínez, Grupo Jumex donará a la Cruz Roja Mexicana, que preside Fernando Suinaga, agua, bebidas y alimentos líquidos durante desastres naturales y situaciones de emergencia que pudieran darse en territorio mexicano, así como la facilitación logística y de transportación, cuando sea necesario.