ALHAJERO
Olfato priista
Arturo Zamora describía con gran tino lo que acontecía bajo las carpas en el estacionamiento de la sede nacional del PRI, donde cientos de militantes aguardaban el registro de José Antonio Meade como su candidato a la Presidencia de la República.
El líder de la CNOP no se refería precisamente a los acarreados habituales del partido –aunque ellos también cuentan en estos casos-, sino a las cabezas, a los dirigentes, a los que tienen nombre y prosapia dentro del tricolor.
Y es que no faltaba uno solo de los esperados.
Estaban los miembros del gabinete: Desde el todopoderoso, Luis Videgaray –muy delgado, por cierto-; los que suspiraron desde un inicio o en el último tramo por la candidatura presidencial y con los que ya hubo “operación cicatriz”: Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño, José Narro Robles, Enrique de la Madrid; y quienes fueron por el puro gusto: Ildefonso Guajardo, Pedro Joaquín Coldwell, José Antonio González Anaya, José Calzada, Gerardo Ruiz Esparza, Rosario Robles.
Asistieron prácticamente todos los gobernadores emanados del PRI: Estado de México, San Luis Potosí, Zacatecas, Sinaloa, Jalisco, Colima, Yucatán, Campeche, Oaxaca, Tlaxcala, Hidalgo, Guerrero, Nayarit, Coahuila; y Chiapas, del PVEM.
Los ex presidentes del Revolucionario Institucional con quienes la víspera el ex secretario de Hacienda se había reunido en su casa: Manlio Fabio Beltrones, César Camacho, Jorge de la Vega Domínguez, Adolfo Lugo Verduzco, Ignacio Pichardo Pagaza, María de los Ángeles Moreno, Humberto Roque Villanueva, Mariano Palacios Alcocer, José Antonio González Fernández, Dulce María Sauri, Roberto Madrazo, Pedro Joaquín, Beatriz Paredes, César Augusto Santiago; y los encargados de despacho: Cristian Díaz y Carolina Monroy.
Bueno, hasta quien supuestamente se iba a lanzar por su cuenta pero a la hora de la hora se hizo chiquita: Ivonne Ortega.
Viene a cuento la lista de presentes porque bien lo saben los priistas –y es lo que mencionaba Zamora-: Cuando “olfatean” que pueden perder, simplemente no van…, se declaran enfermos, o simplemente desaparecen. Pero cuando “otean” que pueden ganar, todos aparecen.
Y ayer, efectivamente, fueron muchos los que se apersonaron con Meade para el registro de su candidatura, y muchísimos más los que se tomaron una selfie con el primer candidato ciudadano del PRI.
En cuanto a su primer discurso ante la militancia que representará, digamos que fue más lo que Meade borró y evitó del estilo y las propuestas de Enrique Ochoa –el discurso del dirigente nacional es más bien porro, a nivel del llamado Bronx-, para esbozar sus propias propuestas bajo la mirada de su esposa Juana.
La idea central que más compartimos es aquella en la que pide “acabar con la idea de que el país tiene que reinventarse cada seis años y que es necesario demolerlo todo”.
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GEMAS: Obsequio de José Antonio Meade: “Apostamos por la experiencia y no por la ocurrencia; por el conocimiento y no por el enfrentamiento; por la preparación y no por la improvisación. Creemos en los programas y no los caprichos; en las instituciones y en la ley y no en las profecías”.