QUERETANIDAD
Auditorías en UAQ violan la autonomía
POR: SERGIO ARTURO VENEGAS ALARCÓN
En la opinión del fundador y primer dirigente del SUPAQUAQ y miembro distinguido de la queretanidad, Mariano Amaya Serrano, la Alma Mater jamás debió permitir las auditorías y fiscalización de sus recursos por parte del Estado, porque es claramente violatorio de la autonomía consagrada en la ley. Eso dice en entrevista exclusiva a PLAZA DE ARMAS, EL Periódico de Querétaro, el doctor en teología y en antropología, abogado y filósofo, autor de 47 libros y maestro en 42 materias impartidas en 12 facultades de la máxima casa de estudios, con excepción de Enfermería.
Mariano Amaya Serrano, declarado maestro emérito en 2005, dueño de todos los títulos –sólo te falta ser dentista, lo embromaba el ex rector Hugo Gutiérrez Vega- está preocupado por la falta de apoyo oficial a nuestra máxima casa de cultura y la proliferación de universidades patito, pero también le inquietan los problemas de esta ciudad que crece sin planeación, sin capacidad de empleo y con creciente inseguridad derivada de la disputa de los grupos delincuenciales, generando focos de miseria y vagancia.
Eso dice el destacado universitario, que habla nueve idiomas y entiende 13, que quiso ser físico nuclear y terminó como ingeniero químico, aunque lo suyo es la filosofía de la historia y es miembro de la primera generación de bachilleres de la Universidad de Querétaro, a la que ingresó siendo aún Colegio Civil, en 1950..
De hecho, Amaya Serrano se quedó a solamente cuatro votos de ser rector, en 1979 cuando no alcanzaron las dos terceras partes ninguno de los candidatos: Enrique Rabell, que buscaba la reelección, Guillermo Herbert y él. Para destrabar el conflicto, Mariano asegura haber cedido nueve de sus votos a favor de Mariano Palacios Alcocer, el triunfador.
De eso y más cuenta a sus 85 años en el patio del Mesón de Santa Rosa, a unas cuadras de la antigua casa familiar de 5 de mayo 69.
De barbilla blanca y hablar conciso, el también ex párroco de La Merced, viste chamarra café de gamuza, camisa beige y una corbata de rombos. Lo acompaña su esposa, abogada y fan Mau Urquiza, que discretamente se ausenta a los pocos minutos para dejarlo hablar sin más filtros que los impuestos por él mismo, como el del tema religioso.
-QUISO SER FÍSICO Y RECTOR-
Mariano no quiere recordarse como uno de los sacerdotes purgados por el obispo Alfonso Toríz Cobián, de quien fue secretario por nueve años, ni de la primera misa con grupo de rock en su templo, ni de su oposición a la Procesión del Silencio ni de su rechazo a ser capellán de la Plaza de Toros Santa María, por estar en contra de los anacronismos.
Prefiere verse en aquél niño que perdió a su madre a los seis años, con un padre que le llevaba 45 y lo metió al Seminario a los 10. Le brillan los ojos al recordar al muchachito sin juguetes que se refugió venturosamente en la rica biblioteca de su abuelo Juan Nepomuceno Amaya, al que no conoció.
-Me divertía leyendo libros.
Entre ellos descubrió un litograbado de la Peña de Bernal que lo interesó desde entonces en el estudio y análisis de los misterios del monolito, al que dedicó un libro sobre el solsticio de invierno de 1976.
Muchos años antes, cuando tenía 17, le impactó una conferencia del maestro Manuel Sandoval, candidato al premio Nobel de física a fines de los 40, con quien ganó una beca para estudiar con él en Massachusetts, pero -¡Oh, sorpresa!- su padre don Abdías Amaya, “Abdías, como el profeta bíblico”, no le dio permiso. Para entonces la mayoría de edad se alcanzaba a los 21 y a Mariano le faltaban cinco.
El hombre, muy religioso, lo inscribió en la casa de los jesuitas dirigida por David Mayagoitia, en el largo camino a Roma, en donde estudió y estudió todo, incluidas cuatro horas diarias de latín y lo que cayera en sus manos, aún en días de descanso, cuando sus compañeros salían a recorrer la ciudad eterna y él se quedaba a leer. Hasta le dio tiempo de hacer el doctorado en sociología, en Münster, Alemania. Por eso, cuando su actual esposa le propuso ir juntos a Europa, él quiso que fueran únicamente a Roma para, ahora sí, conocer sus museos.
Hace apenas un mes Mariano Amaya recibió la primera medalla al mérito académico y unión profesional “Ignacio Paulín Cosío”, instituida por la Asociación de Ex presidentes y miembros fundadores del Colegio de Abogados Litigantes de Querétaro, en cuyo foro recordó a sus maestros y exhortó a los especialistas del derecho a ejercer su elevada labor con honradez y disciplina. Ahí dijo haber trabajado siempre sin buscar dinero, diplomas o halago.
Por eso el dirigente de los abogados, Ricardo Cárdenas Gracias, destacó que el doctor Mariano Amaya encarna perfectamente, por su sabiduría e historia de vida, las mejores cualidades humanas. Mariano, por su parte, proclamó que el único tesoro de que dispone el hombre es su vida y que él la ha disfrutado en una cátedra sin secretos, sin miedos, libre de presiones, incluidos los fanatismos que destruyen la verdad.
No está casado, nos declara, con ninguna confesión. Respeta a Buda, Krishna y sobre todo a los Vedas.
-CABALLERO DEL UNIVERSO-
¿Quién es Mariano Amaya?
-Caballero del Universo, depositado en un paraíso, que está destinado a continuar una obra iniciada en el origen del tiempo y encomendada por el Creador de la humanidad, porque Él descansó en el séptimo día, como dijo Moisés y nos dejó una labor inacabada a los hombres.
Amaya está en contra de las fronteras del pensamiento o territorios. Tiene amigos en todas las capas sociales e ideologías. No conserva odios ni rencores ni se arrepiente de nada.
¿Qué le falta por hacer?
-Mucho. Estoy organizando monografías sobre diversos temas.
A su libro “Espíritu de pobreza y confianza en Dios” seguirá otro sobre pobrezas y riquezas, así en plural, que el viernes le presentó al rector Gilberto Herrera Ruiz para su publicación, pero también trabaja sobre el códice elaborado, dice, para justificar a Juan Diego y las apariciones. “Ese es tremendo”.
Asume que él no escribe bestsellers ni sobre temas eróticos, sino científicos, como el de sociología que se lleva en muchas escuelas del país, menos en Querétaro “porque nadie es profeta en su tierra”.
Con todo, mantiene un ritmo frenético en la organización de sus archivos, apoyado por Mau Urquiza, quien lo define como un hombre “valiente, constante y estudioso” y con quien se comprometió a vivir hasta que la muerte los separe, sin saber que él va a vivir 200 años.
-Nos encontramos, asegunda Mariano, y ya no nos vamos a separar nunca.
El maestro emérito anda preocupado, porque este miércoles lo operarán de una catarata que lo limita para leer a él que escribe 20 horas continua en su casa de Menchaca.
Amaya 100% universitario, señala que Universidad no cumple con los principios que la generaron como una comunidad de alumnos que invito a profesores a capacitarlos en la enseñanza, allá en la edad media. Con principio de libertad de cátedra y expresión.
-QUERÉTARO SEGURO Y CONVENIDO-
Habla de Querétaro, ¡Ay! la nostalgia. Es una ciudad, se duele, que creció sin planeación. Una ciudad que ha admitido inmigrantes sin que hubiera empleo suficiente. La oferta política es Querétaro es de todos, hay lugar para todos, pero sin haber atendido el crear oportunidades de empleo. Y se han desarrollado focos de miseria y vagancia en las periferias. Y la educación académica no ha tenido lugar, ni de prestigio ni apoyo. Se ha masificado la enseñanza.. No que quiera un servicio de élite, no. Hay escuelas patito. De la mayoría de estas el certificado lo entrega la SEP y la ley anterior daba voz y voto a la UAQ para avalar todo instituto de enseñanza superior. Eso no se cumple. Y con tanta universidad no se está garantizando la calidad de la enseñanza.
¿La inseguridad?
Esa es cuestión política. La voz corre por abajo de que aquí están las familias de los grandes carteles. ¿Para qué decimos que El Campanario, que Jurica, El Campestre o Juriquilla?. O aquí en el estado vecino: San Bartolo y un pueblecito entre los dos Apaseos. donde están los pocitos.¿La solución? Hay complicidades. Ni modo que el gobierno no lo sepa. Dicen que es una ciudad segura, claro, hay convenios…Y aquí le paramos, porque ya lo apura su esposa, recordándole al doctor Mariano Amaya, destacado personaje de la queretanidad, que tiene una cita con el rector Gilberto Herrera y no pueden llegar tarde.