Keanu Reeves no se ve a sí mismo tan perfecto como lo definen los medios y fans.
El canadiense, de 61 años, considerado uno de los actores más carismáticos y agradables de Hollywood, aseguró que para nada es tan irresistible como la gente cree.
“Sé que le caigo bien a la gente, pero la perfección no existe. Si les caigo bien, lo agradezco, sino, no importa, no le podemos caer bien a todos. Pero agradezco el cumplido, aunque soy un poco tímido al respecto”, apuntó Keanu en entrevista en el marco del TIFF.
Catalogado por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo y “chuleado” en redes sociales tanto por hombres como por mujeres, Reeves atribuyó esta aceptación a que le gusta realizar personajes “redentores”.
Así ha sido con Johnny Mnemonic en Fugitivo del Futuro, con John Constantine en Constantine y Ted Logan en Bill y Ted Salvan el Universo.
Ahora lo vuelve a hacer con Gabriel, un ángel de categoría junior que busca dar lecciones espirituales a los protagonistas del filme Good Fortune.
Reeves, el popular Neo en The Matrix, estuvo este fin de semana en la ciudad donde creció, Toronto, para promocionar la película dirigida por Aziz Ansari, en la que también intervienen Seth Rogen, Keke Palmer y Sandra Oh.
“La ‘buena fortuna’ tiene mucho que ver con cómo nos expresamos y cómo nos sentimos, creo que hay momentos donde podemos estar muy bajos de ánimos, pero después de mucho tiempo de desventuras hay que aprender a buscar lo positivo de lo que hemos vivido.
“’Buena fortuna’ es lanzar la moneda al aire y saber que estamos vivos, no es saber si cayó cara o cruz. ‘Buena fortuna’, creo, es ser más entusiastas que pesimistas con un día malo todos tenemos días malos, pero siempre son más los días buenos”.
Muy hermético sobre su vida personal y temas de cotilleo en entretenimiento, dijo que prefiere conversaciones con periodistas sobre cine, filosofía del arte y hasta cocina, más que dar opiniones sobre alguien más.
