COLUMNA INVITADA
Paridad de género y reelección
En febrero del 2014 entró en vigor la reforma propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto sobre la paridad de género; para quienes no están familiarizados con este tema, dicha reforma consistió en garantizar que las mujeres accedan por lo menos al 50% de las candidaturas para cargos de elección popular.
A partir de la misma, en la Cámara de Diputados pasamos de 184 legisladoras en el 2012, a 213 en el 2015, mientras que en el Senado hay 49 mujeres y 79 hombres que en el 2018 habrán de ser sustituidos por nuevas senadoras y senadores, bajo estas mismas reglas de paridad de género.
El pasado 4 de junio se llevaron a cabo elecciones en cuatro estados, en tres de ellos se eligieron alcaldías, de tal manera que Veracruz quedó con 55 alcaldesas de 212 Presidencias Municipales que se eligieron; Nayarit con 6 de 20, y Coahuila con 14 de 38, así como 13 de 25 diputadas, siendo en este último estado donde se alcanzó un mayor porcentaje de mujeres electas a nivel municipal con un 36.8 por ciento.
Sin embargo, el gran pendiente en materia legislativa sigue siendo la violencia política contra las mujeres. De acuerdo con la FEPADE, durante el año 2015 se atendieron 38 casos, y en el 2016 se tuvo conocimiento de 103. En estas elecciones, un ejemplo evidente de este tipo de violencia lo protagonizó el candidato a la gubernatura del PAN en Coahuila, Guillermo Anaya, quien se expresó de manera misógina al señalar que les daría
“puro chile a las lideresas del PRI”, una expresión que trasciende más allá de los partidos políticos y que atenta contra la dignidad de las mujeres.
Como lo ha escrito mi amiga y compañera Sylvana Beltrones, es una afirmación de la violencia que mira a la mujer como receptora de la fuerza sexual del hombre, situación que en sus extremos causa horrores como la trata de mujeres o el feminicidio.
Respecto a los partidos políticos, dos de las dirigencias estatales del PRI fueron dirigidas por dos jóvenes mujeres que lograron el triunfo electoral en la elección de gobernador, en Coahuila y en el Estado de México.
En materia de reelección, por primera vez en Coahuila tres legisladores locales aprovecharon la posibilidad de volver a postularse como candidatos, de ellos, Lilia Isabel Gutiérrez obtuvo la mayoría de votos, convirtiéndola en la primera legisladora de todo el país en ser reelecta para un periodo más.
Resulta significativo que esto haya ocurrido en Coahuila, estado que históricamente se ha distinguido por ser pionero en la equidad de género y de manera particular en alcanzar la igualdad sustantiva, la cual consiste no sólo en postular mujeres para puestos de elección popular, sino lograr que lleguen a ocupar esos cargos, ya que Coahuila fue el primer estado en tener paridad en las candidaturas para ayuntamientos.
En conclusión, hoy la participación política y electoral de las mujeres es determinante en nuestro país y en la toma de decisiones que se llevan a cabo en los órganos más importantes del estado, donde va implícita nuestra forma de ver el mundo.