Es casi seguro que la Reserva Federal mantendrá sin cambios su tasa de interés clave en su reunión de política monetaria de esta semana, apenas días después que el Presidente Donald Trump dijera que pronto exigirá tasas más bajas.
Los funcionarios de la Fed, liderados por el presidente Jerome Powell, han reducido su tasa durante tres reuniones consecutivas, a aproximadamente el 4.3 por ciento, desde un máximo de dos décadas del 5.3 por ciento.
Sin embargo, con varios informes económicos recientes que muestran una contratación saludable y algunos avances en la inflación, los responsables de la política monetaria han señalado que el ritmo de los recortes de tasas se desacelerará este año. Algunos han sugerido que se necesitan pocas reducciones.
Aunque la reunión de dos días que termina el miércoles puede ser poco trascendental, marca el inicio de lo que probablemente será un año turbulento para la Fed. El jueves pasado, Trump dejó claro que espera comentar sobre la política de tasas de interés y dijo: “Conozco las tasas de interés mucho mejor que ellos”.
Al mismo tiempo, los funcionarios de la Fed también transitan por un período delicado para la economía: quieren mantener los costos de endeudamiento lo suficientemente altos para empujar la inflación de vuelta a su objetivo del 2 por ciento, sin mantenerlos demasiado altos por mucho tiempo y sumergir la economía en una recesión.
La última vez que estuvo en la Casa Blanca, Trump amenazó con despedir a Powell, a quien nombró a fines de 2017, pero recientemente no ha planteado tales amenazas. El mandato de Powell como presidente de la Fed termina en mayo de 2026, cuando Trump puede nombrar un reemplazo.