Ante las quejas por afectación en las ventas que han emitido los dueños de establecimientos clausurados por la Dirección de Inspección Municipal, el secretario de gobierno Manuel Velázquez Pegueros acotó que no es función del municipio estarles buscando para que cumplan con sus obligaciones. Añadió que como se estableció en la ley, se les dieron tres meses para que subsanaran las irregularidades bajo las que venían operando al tiempo que se les hacían constantes invitaciones para que se acercaran a la autoridad “Ya van seis meses.
Nosotros seguiremos trabajando en esa parte. Se les hicieron alrededor de diez invitaciones y cuando se les clausuró, en un día se regularizaron todos. Desafortunadamente hasta que no se procede es cuando se regularizan”.
Manuel Velázquez Pegueros, consignó que los empresarios ya tienen muchos años operando sus negocios y por ello conocen perfectamente sus obligaciones plasmadas en el reglamento municipal, mismo que a decir del secretario, no ha sido modificado “Técnica y jurídicamente no les tendríamos que ir a decir que cumplan. Es la ley y muchos por desgracia no lo hacen. Los invitamos a que no lleguemos a ese extremo”.
Consciente de las pérdidas que se generan para los empresarios en multas y ventas, Velázquez Pegueros dijo que los únicos responsables de ello son los propietarios de los negocios por no darse el tiempo de arreglar sus permisos. Señaló que el gobierno municipal les ha facilitado el camino con la puesta en marcha de aplicaciones electrónicas que permiten vía internet realizar los trámites pertinentes sin necesidad de hacer fila en las dependencias
“En promedio son siete minutos lo que ocupan. Por eso hacemos una invitación respetuosa a que lo hagan y se eviten problemas”.
En las últimas semanas, diez comercios fueron clausurados en el primer cuadro de la capital con multas que van de los 4 mil u hasta los 26 mil pesos.
De forma global, se han cerrado 460 negocios en lo que va del año siendo la principal causa la falta de licencia y los vistos buenos de protección civil.
POR: FERNANDO VENEGAS RAMÍREZ