Uno de los principales pendientes del gobierno federal en materia de seguridad es disminuir la percepción de inseguridad que generan delitos como el robo a casa habitación.
Pese a que según cifras oficiales este flagelo ha disminuido, sin contemplar la llamada cifra negra, aún existe una percepción negativa, lo que ha disparado entre la población la adquisición de equipos de seguridad como alarmas, cámaras de video y otros aditamentos.
Sin embargo, en un contexto de debilidad institucional, las bajas que se observan en la estadística delictiva pueden ser resultado de manipulaciones de las bases de datos, de malas prácticas ministeriales para clasificar los delitos, de rechazó al acceso a la justicia de las personas, de no registrar los delitos, de disuadir la denuncia de las víctimas, o incluso, de combatir el delito extrajudicialmente.
Así lo establece un estudio elaborado por el Senado de la República que reconoce el delito de robo a casa habitación, es una de las conductas ilícitas que más afectan el patrimonio de las personas, así como el robo a transeúnte, el robo a negocio y el robo de vehículos.
Según los resultados del documento parlamentario, el denominado delito robo a casa habitación, se suma los hurtos a transeúnte; el de casa habitación constituye apenas 13 por ciento del total de delitos del fuero común, pero que ha tenido un incremento del 26 por ciento de 2006 a 2012.
Para la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) “el derecho humano a una vivienda adecuada es el derecho de toda mujer, hombre, joven y niño a tener y mantener un hogar y una comunidad seguros en que puedan vivir en paz y con dignidad”. Por tanto, la inseguridad en la vivienda alerta contra esta necesidad básica al alterar la estabilidad de la población, advierte el documento.
En ese sentido, el estudio, puesto en los escritorios de los integrante de la Junta de Coordinación Política, muestra que el robo a casa habitación es un delito que causa preocupación en la sociedad y que está presente entre los ilícitos comunes.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que el robo a casa habitación fue el tercer delito con más frecuencia en el estado de Baja California. En años recientes este delito había aumentado, lo que ponía en alerta a las autoridades.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) “el robo a transeúnte y robo a casa habitación son los delitos más sensibles porque afectan de forma directa el desarrollo cotidiano de la población”.
Asimismo, el robo a casa habitación tiene diferentes modalidades, entre ellas forzar las cerraduras y entrar ya sea que estén o no sus moradores, como el amagar a algún integrante para entrar por la fuerza. Otra posibilidad es ingresar al domicilio mientras que sus ocupantes están dormidos, o propiciar el sueño con algún químico.
En fechas recientes se registró un nuevo modus operandi en algunas zonas de esta capital en la que los delincuentes se hacían pasar como trabajadores del Sistema de Aguas de la Ciudad de México para ingresar, una vez dentro amenazaban con armas mientras sustraían bienes de forma ilícita. Por tanto, las bandas de delincuentes especializadas en el robo a casa habitación ya tienen planeadas sus rutas de escape, población objetivo, horario de planeación y forma de realizar el hurto.
Cabe señalar que debido a la incidencia de este delito y su afectación al patrimonio familiar, diferentes instituciones financieras y de seguros ofrecen entre sus productos pólizas a fin de proteger al usuario ante un incidente de esta naturaleza.
La delincuencia es percibida como uno de los problemas más importantes a escala nacional, por lo que el delito de robo a casa habitación en cualquiera de sus modalidades fortalece la percepción de riesgo.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) refiere que la inseguridad es la principal preocupación nacional con 58 por ciento de menciones, cifra similar a la de un año antes.
La Envipe 2015 refiere que uno de cada cuatro consultados (22.6 por ciento) mencionó sentirse inseguro en su casa habitación, cifra ligeramente menor a la del año inmediato anterior que fue de 23.9 por ciento. La percepción ciudadana acerca de los robos a casa habitación está presente con diferente intensidad en todo el país.
No obstante, algunas organizaciones de la sociedad civil han enfatizado de la importancia de tener estadísticas confiables que permitan contar con una medición precisa del problema de la delincuencia.
En ese sentido, el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC) refiere que “el descenso de la incidencia delictiva podría ser una buena noticia que da cuenta de mejores condiciones de seguridad en la vida de las personas”.
El robo a casa habitación es considerado por algunas organizaciones de la sociedad civil como un delito de alto impacto, por lo que en diferentes mediciones se muestra la preocupación de la sociedad en este ilícito.