En el mero Día de la Familia, las ambientalistas queretanas respaldaron el procedimiento de la Profepa en contra del desarrollo inmobiliario de Balvanera, exigieron aplicar sin distingos la ley a los depredadores y frenar los cambios de uso de suelo que impactan el medio ambiente.
Encabezados por América Vizcaíno, Diana Laura Juárez y Pamela Siurob, el grupo de ecologistas de la zona metropolitana condenaron en conferencia de prensa la corrupción y la complicidad que ha mermado las áreas verdes en Querétaro.
Dijeron que al abuso de empresarios del ramo inmobiliario debe agregarse el ataque brutal de la obra pública en contra del arbolado urbano, cuando se prefiere cortar en lugar de prever, curar y atender. La agresión en materia verde es muy grande, admitió América.
También precisaron que no tienen partido ni aspiraciones políticas y dialogar con las autoridades en turno, sin importar el color, aunque Diana Laura Juárez advirtió que ella no iría ni por equivocación al Centro Cívico, porque ahí no les importa el tema ambiental.
A propósito de los negocios hechos en zonas protegidas, recordaron la historia terrorífica de El Tángano, en donde en Gobiernos anteriores se desincorporaron más de 265 hectáreas con el proyecto de la Ciudad de las Artes y de pronto aparecieron un fraccionamiento y un hotel propiedad de exfuncionarios.
El Querétaro competitivo
¿Por qué Querétaro es competitivo? Se preguntaron los ambientalistas.
La industria inmobiliaria en Querétaro se ha enriquecido a costa del deterioro ambiental, la mancha urbana se dirige hacia donde desarrolladores necesitan crecer, dejando una ciudad en la que el costo del equipamiento, la infraestructura y los servicios se ha elevado tanto, que no existe presupuesto que alcance para soportar el crecimiento de la ciudad. Se les ha beneficiado con infraestructura, equipamiento y servicios cuyos costos se cargan a los ciudadanos cuando ellos deben construirlo.
El ahorro por incumplimiento de leyes ambientales los hace competitivos. Como es el caso Balvanera en Corregidora. Los fraccionadores, por ley, deberían cumplir con: Plantas de tratamiento de agua para tratar las aguas negras de sus desarrollos, la mayoría no cuenta con ellas; infraestructura pluvial para captar, retener y regular avenidas pluviales. Muy pocos se preocupan por cumplirla, indicaron.
Se les autorizan cambios de uso de suelo en zonas de preservación ecológica y arrasan con flora y fauna silvestre erosionando el suelo. Cuando diseñan sus proyectos dejan reducidas áreas verdes en la espera de que el Gobierno construya parques. Sus desarrollos no incluyen sistemas para el ahorro de agua y crecen a base de explotar nuestros acuíferos.
Pronto, alertaron, tendremos problemas serios de abastecimiento. La ilegalidad ambiental entre otras cosas, también: Tiene costos en salud por la contaminación en ríos, bordos y presas producida por descargas de agua sin tratar. La formación de islas de calor por la pérdida de vegetación. Esto a su vez, impide la infiltración de agua de lluvia hacia los acuíferos y se debe construir un sistema para traerla a la ciudad.
La liberación de miles de toneladas de CO2 producidas en la fabricación de materiales para la construcción que cada día contamina más nuestro aire. Si se incluyeran en los análisis de competitividad, los indicadores ambientales, Querétaro -remataron- no sería competitivo.
SERGIO A. VENEGAS ALARCÓN