En cualquier país la noticia habría sido motivo de escándalo.
Aquí no. La enorme capacidad retórica y de manipulación informativa del gobierno –sólo posible por el cinismo y la cara dura–, la convirtió en un éxito de cobertura sanitaria, cuando en el fondo no es sino la prueba de la costosa improvisación de un Plan Nacional de Vacunación, sin plan.
Como la rifa de un avión sin avión.
–¿Por qué?
–Porque nunca hubo planeación. Hubo capricho y oportunismo electorero como “anillo al dedo”. No hubo seriedad en la prevención, mucho menos en el tratamiento. Por eso murieron muchas más personas de lo inevitable.
“…Los gobiernos estatales iniciaron un extenso programa de vacunación contra la Covid-19 antes de que las vacunas de AstraZeneca caduquen, para lo cual están invitando a las personas a aplicarse hasta una cuarta dosis de refuerzo.
“De acuerdo con los gobiernos de Tamaulipas, Guanajuato, Ciudad de México e Hidalgo, el Gobierno federal solicitó a las administraciones estatales el apoyo para la aplicación de 3.7 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca que la empresa Birmex comenzó a distribuir el lunes en todo el país”.
Un experto en esta materia me dijo ayer: comenzaron con una política restrictiva y selectiva; usaron la vacunación para desplegar los ejércitos promotores de Morena (Correcaminos, Servidores de la Nación, burócratas de los gobiernos capitalino o estatales, etc) y después no supieron qué hacer con las vacunas paradójicamente sobrantes.
Y decía, paradójicamente sobrantes porque a miles de porsonas se les debió haber vacunado sin distinción de edades, pero todo se hizo para respaldar los programas emblemáticos del lopezobradorismo, como el de adultos mayores.
Se debió haber vacunado a todos sin distincion de edades. Ahora se prueba que sí había vacunas suficientes.
Pero cuando un secretario de Salud dice como Jorge Alcocer, en abierta exhibición de ignorancia, “yo no vacunaría a mis nietos”, estamos frente a una improvisación muy costosa.
Mucho se ha dicho en tono sarcástico: los médicos son los únicos profesionales que entierran sus errores. O los incineran.
Pero si la negligencia acumulada en estos dos años y medio de la pandemia es grave de por sí –por las deficiencias de todos conocidas–, es más grave aún la impunidad de los irresponsables.
Una y otra vez, a pesar de las evidencias (hasta en las dos ocasiones de su propio contagio) el presidente de la República defendió sus manías y sostuvo a Hugo López Gatell. Las consecuencias están ahí.
O no, miento, no están ahí, estas incineradas o sepultadas, Quienes están aquí son, los familiares de tantas personas cuya suerte no les llevó a un punto de vacunación porque no había. Si no se hubieran muerto tan temprano, hoy los estarían buscando para inyectarlos antes de ver cómo caducan lotes enteros de vacunas. En nombre de la austeridad y la honestidad.
Casi treinta millones de dosis.
Un comunicado de la presidencia decía el 26 de abril:
“…A partir del jueves 28 de abril será posible registrar a niñas y niños desde 12 años que no viven con comorbilidades para ser vacunados contra COVID-19, anunció el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez.
“En conferencia de prensa matutina con el presidente Andrés Manuel López Obrador, precisó que padres, madres y tutores podrán ingresar los datos de las personas menores en la página “mivacuna…
“…Se trata de que no solamente niñas y niños con comorbilidades, como lo hemos venido haciendo desde hace cuatro meses y medio, sino también niñas y niños sanos de 12 años en adelante; ya van a ser disponibles las vacunas para que las reciban”, apuntó.
“El subsecretario dio a conocer que el país se encuentra en el cierre del estado epidémico de COVID-19 para dar paso a la fase endémica…”
Otra mentira.