¿Para qué cerrar los fraccionamientos en Querétaro?
Ciudades Mexicanas
Apareció la noticia de que el Ayuntamiento de Querétaro pretende promover una reforma al Artículo 180 del Código Urbano para autorizar que se instalen casetas de vigilancia y plumas en más de 100 fraccionamientos. Se trata de una medida perturbadora por el nivel de inconsciencia que lleva implícita. Me refiero a que no tienen idea de las consecuencias e implicaciones de que esto se lleve a cabo. |
Primero, la ciudad de Querétaro está enfrentando problemas de circulación, permitir que se cierren algunos fraccionamientos implica reducir las vías por las que se puede circular lo que contribuirá a concentrar el ya denso tránsito de vehículos en un menor número de vialidades, lo que no sólo repercute en más congestión, sino mayor contaminación y mayor pérdida de horas hombre.
Segundo, ésta como otras medidas que se están tomando en los hechos, van en contra del discurso que ha mantenido el gobierno municipal, en el sentido de tender hacia una ciudad más densa y con una mejor conectividad. Asumiendo que existen problemas de inseguridad, como lo manifestó el propio alcalde de Querétaro, la solución sería atender directamente esos problemas, o bien dejar que el mercado los corrija. Explico, si un barrio es peligroso, la gente se irá, lo que producirá una desvalorización (bajará el precio del suelo en ese barrio), y entonces será viable la inversión en edificios de vivienda (de otra forma no es viable invertir porque el terreno es caro), lo que sí es congruente con el discurso del Ayuntamiento, y además, se logra el mismo tipo de seguridad que la que se obtiene al cerrar fraccionamientos, que debe decirse, en una seguridad falsa, como se explica en el siguiente punto.
Al permitirse cerrar los fraccionamientos, y si se diera el caso de que se lograra mayor seguridad al interior, entonces no se favorecerían los procesos de redesarrollo inmobiliario (sustitución de casas viejas por edificios nuevos), el proceso se vería detenido y el barrio tendería al deterioro, y al final, también a la desvalorización, pero a muy largo plazo.
No estoy argumentando que se dejen las cosas al mercado, a veces son buenas soluciones otras veces no, mi punto es que la propuesta del cerrar fraccionamientos es la peor que se puede dar, de hecho, sería mejor no hacer nada.
Tercero, decía que era una solución falsa porque, en efecto, puede ganarse en algunos rubros de seguridad, como sería el robo a casa habitación o el robo de autopartes, pero no tiene ninguna incidencia sobre los delitos de alto impacto como el secuestro o las ejecuciones, pero además, lo único que se logra con ese tipo de medidas es redistribuir la incidencia delictiva, la seguridad que se logra adentro, se convierte en mayor inseguridad afuera. Los privilegiados que pueden cerrar le pasan la factura a los que no pueden hacerlo y a todos los que transitamos.
Cerrando fraccionamientos no va a desparecer la delincuencia, lo que va a suceder es que tomará nuevas formas, seguramente más perversas. Y si esta fuera una solución para la seguridad ¿Por qué no se lo dijeron a Calderón?
Cuarto, esta idea de exclusión y segregación impone un antecedente cultural nefasto para la integración de una sociedad. Por un lado, se habla de reconstituir el tejido social, y por el otro, se solapan medidas de exclusión social como los cerramientos, que no solo impiden la circulación sino que alimentan los distanciamientos sociales y eventualmente los resentimientos. Pero lo que me parece increíble es que en el contexto actual, en donde se hacen críticas a la construcción de muros entre países, los cuales podrían tener cierta legitimidad, como tratar de detener el tráficos de personas y de drogas, se acepte la construcción de controles dentro de una misma sociedad, que no limitan el tráfico de drogas o delincuentes, sino de cualquier ciudadano que quisiera pasar por alguna calle de su ciudad.
Quinto, quizá el asunto más grave de todos, se está privatizando el espacio público, lo que habla muy mal de un gobierno, porque se privilegian los intereses de particulares frente al interés y necesidades colectivas. En mi opinión, es una medida inconstitucional, porque restringe el libre tránsito.
Sexto, es una medida inequitativa, porque algunos fraccionamientos y condominios han cerrado asumiendo el costo de los espacios colectivos y las viabilidades, mientras que los fraccionamientos que se pretenden autorizar no invirtieron en ese suelo ni en su habilitación. Se quieren apropiar del espacio de todos. En todo caso los fraccionamientos que pretendan apropiarse de espacios públicos deberían hacerlo como una concesión temporal y revocable en cualquier momento, y a través del pago de una contraprestación (formal, es decir, por arriba de la mesa) al Ayuntamiento que no debería ser menor que lo que pagaría esa superficie de predial y que debería estar etiquetado para la mejora del transporte público. Además, como lo dijo el propio alcalde de Querétaro el año pasado, las casetas y las plumas no deberían impedir el libre tránsito.
Si el gobierno municipal cede frente a las presiones de grupos vecinales y con ello compromete el bienestar e intereses del conjunto de la sociedad, es obvio que será incapaz de garantizar el libre tránsito. En Jurica se han cerrado calles como la 2ª de Fresnos y la 2ª de Cedros, el año pasado, traté de pasar caminando y el vigilante me lo quería impedir, en la discusión llamó a una vecina, que con una prepotencia que envidiaría el mismísimo Trump, hizo todo tipo de amenazas, entre ellas, llamar a la patrulla, lo que significa que la autoridad municipal en lugar de garantizar el libre tránsito, se somete a los intereses de grupos de vecinos. ¿Qué nos dice que las cosas serán diferentes en los más de 100 fraccionamientos cuya solicitud de cerrar está siendo obedecida por el Ayuntamiento?
En fin, seguramente hay otros efectos negativos de esta medida, cuya lógica es la misma de Trump y por la que se ha hecho tanto escándalo. De hecho, el muro que pretende hacer el vecino tiene mucha más legitimidad que cerrar los fraccionamientos del municipio de Querétaro, porque aquél lo está haciendo es su territorio, aquí se quiere favorecer la apropiación privada de espacios públicos. Tampoco todos los que cruzan un fraccionamiento son delincuentes, violadores o narcotraficantes, o ¿hay funcionarios municipales que sí piensan que es así?
En fin, esta idea de cerrar fraccionamientos es una falsa solución, es populista y no muestra más que la incapacidad del gobierno para atender ciertas problemáticas. Existe el conocimiento y los mecanismos para obtener legalmente los recursos para el combate serio a la inseguridad, algunos de esos mecanismos se propusieron en los programas de desarrollo urbano que se han ocultado en alguna gaveta, quizá porque existen otro tipo de intereses para aprovechar esos recursos.
PD.:
¿Cuándo se va a quitar el muro que divide a al fraccionamiento de Juriquilla del Pueblo del mismo nombre?