Estas conclusiones tan fuertes no deben causarnos espanto ni
debemos borrar nuestras fiestas tradicionales
Con el perdón de los cronistas queretanos, incluyendo a los del siglo XVIII y XIX, haré una serie de conclusiones sobre los mitos fundacionales de mi ciudad Santiago de Querétaro aunque pueda parecer herético o arrogante. A diferencia de mis antecesores me ha tocado la fortuna de una serie de descubrimientos que historiadores recientes han hecho sobre el tema y es más fácil llegar a la verdad científica. Agradezco las aportaciones de talentosos investigadores como Juan Ricardo Jiménez Gómez, David Wright, Ignacio Urquiola Permisán, Lourdes Somohano, Antonio Rubial García, Mina Ramírez Montes y Martha García Ugarte, que nos han permitido asomarnos con mayor en nuestro pasado para entender este loco y nublado presente.
1.- En lo que hoy es la zona de la ciudad de Santiago de Querétaro no había asentamientos prehispánicos y los que existían en las cercanías se ubicaban en lo que hoy es La Cañada y la zona de El Pueblito. Antes del contacto con los europeos, la zona geográfica que luego fue el pueblo de indios de Querétaro, fue tierra de chichimecos. El pueblo de Querétaro no existía antes de la llegada del hombre blanco, fue después un asentamiento nuevo por traslado del lugar primitivo llamado Tlachco o Andamaxei (La Cañada), donde habitaban en cuevas chichimecas, lugar en el que se avecindó Conni y sus familiares otomíes provenientes de Xilotepec. Dice Juan Ricardo Jiménez que allí permanecieron sin contacto con españoles cuando menos cinco años.
2.- No hubo batalla fundacional como la inventada por los cronistas franciscanos del siglo XVIII, quienes con sus maravillosas crónicas buscaban dos objetivos: a) Evitar la destrucción del convento y templo de La Cruz por haberse construido éstos sin el permiso del Regio Patronato, relatando los milagros de la Santa Cruz allí custodiada y resaltando la importancia de los padres crucíferos franciscanos en la fundación del pueblo de Querétaro; b) Colaborar con los descendientes de Nicolás de San Luis Montañéz en aumentar los méritos de este cacique para así lograr mayores beneficios de la Corona española.
3.- En el proceso de civilización de esta zona geográfica no hubo conquista para instalar el dominio español, antes bien, hubo una aceptación pacífica del nuevo gobierno real y de la religión católica, además del doloroso reconocimiento de tributar a favor de la Corona hispana. En la Sierra Gorda sí hubo lucha por la conquista de ese territorio.
4.- Los primeros frailes que predicaron y evangelizaron en esta zona de la ciudad de Santiago de Querétaro fueron los franciscanos de la custodia de Michoacán y no los del señorío de México, asentados en la Alcaldía Mayor de Huichapan-Xilotepec. Conforme a este argumento, puedo decir que no hay evidencia de que el guardián del convento franciscano de Jilotepec, Alonso de Rangel, haya estado en Querétaro, y tampoco lo relativo a fray Jacobo de Dacia, cuya temporalidad y espacio en Nueva España no coincide con la primera evangelización de Querétaro. El que esté la estatua de Jacobo Daciano en la plaza de los Fundadores en el barrio de La Cruz es por una sugerencia romántica del profesor Eduardo Loarca Castillo a su primo el gobernador Rafael Camacho Guzmán con motivo de los 450 años de la fundación queretana.
5.- Los primeros españoles que arribaron a la región queretana en plan de exploración y posesión provenían eran de la tropa de Nuño de Guzmán, gobernador de Guadalajara, y fueron éstos sus primeros encomenderos provenientes de Acámbaro, que estaba sujeto a la Perla de occidente.
6.- El primer europeo al que se sometió Conni fue Hernán Pérez de Bocanegra, quien llegó a La Cañada para convencer a Conni de someterse a la Corona española. Ahí recibió aquél su bautizo y cambió su nombre prístino por el de Fernando de Tapia.
7.- El pueblo de indios de Querétaro quedó sujeto dependiente de la cabecera de Xilotepec en cuanto al gobierno indígena, la que dependía a su vez del Reino de México. El Consejo de Indias fue el órgano de la Corona que decidió tal cuestión, la que duró hasta 1631, a pesar de la oposición de Fernando de Tapia, mismo que murió en 1570 y que se creó la Alcaldía Mayor de Querétaro con ayuntamiento español, teniendo jurisdicción sobre los pueblos de Amealco, Huimilpan, San Juan del Río, Tequisquiapan, La Cañada, San Francisco Tolimanejo (Colón) y Tolimán.
8.- Nicolás de San Luis Montañéz, presunto tío de Fernando de Tapia, sí tuvo que ver con la posesión de pueblos como Huimilpan, Acámbaro, los Apaseos y Silao, pero en Querétaro no tuvo mayor importancia, resultando Fernando de tapia bde mayor estatura histórica que aquel por su obra fundacional y civilizatoria, que llevó a cabo en los momentos constitutivos de la nueva sociedad novohispana, siendo un dirigente político que batalló toda su gestión por la independencia política de Querétaro respecto a Jilotepec, sufriendo inclusive la deposición en su cargo de Gobernador de Querétaro por un juicio de residencia que le encauzaron sus enemigos políticos de Xilotepec y caciques de la región de El Pueblito que se sintieron despojados por Conni al repartir éste las mejores tierras propiedad de aquéllos a favor de los otomíes venidos de fuera.
Estas conclusiones tan fuertes no deben causarnos espanto ni debemos borrar nuestras fiestas tradicionales, porque aún con la verdad histórica a flor de piel, las costumbres y tradiciones que nos legaron nuestros ancestros son un patrimonio intangible que debe ser conservado para crear y fortalecer el tejido social tan necesario en estos tiempos de hombres y mujeres de ninguna parte, que requieren de identidad. Les vendo un puerco tradicional.