Ante la tragedia por el golpe de Otis y la crisis humanitaria en ciernes, el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR decidió visitar Acapulco. De noche y con pocas horas de aviso a la población, el tabasqueño llega tarde a una zona devastada, que clama por agua, alimento, luz, agua y seguridad. Promete el mandatario que el puerto se levantará del duro golpe. Ojalá.
Cuando el río suena, agua lleva.