La debacle que vivió Red Bull al quedarse sin el Campeonato de Constructores en la Fórmula Uno el año anterior, es algo que ya veía venir el jefe de la escudería austriaca, Christian Horner.
En entrevista para Motorsport.com, el mandamás de los “Toros Rojos” dijo que las primeras señales de la caída ya eran notorias desde el 2023, cuando el RB19 arrasó en casi todas las pistas del calendario para coronar el tricampeonato de Max Verstappen y el histórico subtítulo de Sergio Pérez, así que simplemente este año se hicieron evidentes.
“Creo que simplemente se acentuó. Ya había señales de esto el año pasado. El problema es que ganamos 22 de las 23 carreras el año pasado. Eso enmascara muchos de los problemas que se presentaron”, dijo.
Ya con la mente puesta en el RB21 y la hegemonía de Max Verstappen en el Campeonato de Pilotos con la misión de ir por su quinto título consecutivo, Horner parece encontrar la luz sobre el final del túnel luego de que el RB20 nunca pudiera adaptarse a la actualización que intentaron aplicar en Imola, algo que también Helmut Marko, asesor deportivo, ha señalado como una de las claves de su pérdida de rendimiento.
“Hay muchos aspectos que indican que el trabajo aún está en marcha. Creo que lo alentador es que las herramientas ahora están empezando a correlacionarse más con lo que estamos viendo en el simulador.
Llevamos una actualización a Imola que quizás no hizo que las características del coche fueran más difíciles. Y terminamos con una ventana de rendimiento muy pequeña. Creo que la forma de nuestra curva de rendimiento se volvió muy pronunciada y eso inevitablemente hizo que el coche fuera mucho más difícil de conducir”, sentenció Horner.