- El Teatro, escenario de transformaciones
- Andrés Manuel y Mariano, el reencuentro
- Opera Memo Vega la elección de Rascado
- Vuelven a fracturar la bancada de Morena
Medio siglo.
Del presidente Luis Echeverría Álvarez a Andrés Manuel López Obrador, este reportero ha presenciado las celebraciones del 5 de febrero en el Teatro de la República y puede decirle que la de este año -el de la pandemia- fue distinta. La del 2021 también, pero no vino el jefe del Ejecutivo sino la entonces secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero.
La del sábado, con el protocolo sanitario que redujo sensiblemente el aforo permitido, la sana distancia y los cubrebocas que no usaron el primer mandatario ni la jefe de gobierno de la Ciudad de México, ni algunos gobernadores ni la mayoría de los miembros del gabinete, incluidos los secretarios de la Defensa (que dio positivo a los pocos días), Marina, Gobernación y Seguridad, a diferencia de los bien portados Mauricio Kuri, Olga Sánchez, Marcelo Ebrard y Arturo Zaldívar.
Todo se ha visto en el histórico recinto: el juicio de guerra a Maximiliano y sus generales, el estreno del Himno Nacional con Ángela Peralta, funciones de cine y lucha libre, box y teatro, la promulgación de la actual Constitución, el nacimiento del PNR, hoy PRI, la protesta de gobernantes estatales y hasta hace unas décadas graduaciones escolares y hasta reuniones partidistas.
La del 5 de febrero siempre ha sido solemne, aunque en ésta algunos invitados no usaron corbata, lo que no sorprendió a quienes en otro momento vimos entrar de vaquero, con botas y todo, al gobernador de Guanajuato Vicente Fox.
Ahí mismo, queridos lectores, celebrose un encuentro del subcomandante Marcos del EZLN con sus seguidores y hasta la presentación del segundo hombre del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone en el “santuario del laicismo” para echar sus redes, como Juan El Pescador, en un encuentro sin precedentes celebrado el 19 de enero de 2009 para escuchar su disertación sobre “La realización de la razón en el horizonte de la fe”.
Y no incluimos en esta remembranza el ataque del FIOS al autobús de la comitiva del presidente Ernesto Zedillo el 5 de febrero de 1998, porque los hechos ocurrieron a 100 metros del Teatro, en la Avenida Corregidora, como nos lo ha contado El Armero, testigo del zipizape.
Este 5 de febrero fue tranquilo, a pesar de algunas protestas locales y nacionales. López Obrador y Mauricio Kuri caminaron tranquilamente por las calles blindadas desde dos días antes, frente a una valla de cadetes del Heroico Colegio Militar.
A las 10.30 de la mañana presidente y anfitrión entraron al recinto, en donde ya lo esperaban unas 200 personas (menos de la mitad de su capacidad) que presenciaron los honores, sin cantar el himno, y escucharon las intervenciones del mandatario estatal, los representantes del Poder Legislativo y Judicial, y del Ejecutivo que -dicen los malosos- trasladó la Mañanera a Querétaro, reveló haber desistido de proponer una nueva Carta Magna, y prefirió reformar la actual para no generar confrontaciones y hasta nos dio una clase de historia que remató con Carranza, Jara y Mújica.
López Obrador no perdió la oportunidad de referirse al periodo neoliberal en que -dijo- se modificó la Constitución a favor de las minoría y en contra del pueblo y que él tiene pendientes las reformas energética y la electoral.
Bueno también fue el mensaje de Mauricio Kuri que hizo el clásico llamado a la unidad nacional y habló de curar al país de división y violencia, tras referirse a los tiempos de discordia y terror -gulp- previos al Congreso Constituyente de Querétaro, en donde -hace 105 años- la alta política concilió a los grupos revolucionarios.
Al final de la conmemoración Andrés Manuel pasó sin ver al presidente del INE, Lorenzo Cordova, y saludó a los ex gobernadores priistas Mariano Palacios y Enrique Burgos y al panista Francisco Domínguez.
Se cumplía así la cita tradicional de los presidentes que, con contadas excepciones, han venido a hacer profesión de fe constitucionalista.
Como diría otro López, José López Portillo:
La República volvió a reunirse.
-BLANCAS Y NEGRAS-
2024.
Es casi seguro que este 5 de febrero haya estado presente el sucesor del presidente López Obrador. Ahí, atrasito de él, estaban los morenos Claudia Sheinbaum (la visible favorita), el canciller Marcelo Ebrard y el secretario de gobernación, para muchos el caballo negro, Adán Augusto López. Solamente faltó el senador Ricardo Monreal Ávila que no fue convocado o tuvo compromisos contraídos con posterioridad.
Y en el improbable caso de una mayor caída popular en el respaldo al jefe de la 4-T, también estaban algunas cartas de la oposición como el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila del PAN, el del Edomex Alfredo del Mazo del PRI y Enrique Alfaro de Jalisco por Movimiento Ciudadano. Faltó, claro, el panista Ricardo Anaya que no pudo venir de Estados Unidos.
Como se esperaba, la 60 Legislatura eligió ayer como titular de la Defensoría de los Derechos Humanos a Javier Rascado, con la fina operación del jefe de la mayoría, Guillermo Vega Guerrero, quien probablemente le adivinó el pensamiento al gobernador Mauricio Kuri González. En la terna estaban las candidatas Maricruz Ocampo y Rocío Candelaria.
La elección del ombudsperson fue aprovechada por los diputados Juan José Jiménez y Andrea Tovar, de Morena, para votar en contra y mostrar sus desacuerdos con el coordinador de la bancada, Armando Sinecio, al que desconocieron. El ADN, pues.
Y desde aquí le enviamos un fuerte abrazo al licenciado Alvaro Arreola Valdez, jefe del movimiento estudiantil que logró la autonomía de la UAQ en 1958, personaje irrepetible en la vida universitaria y política de la entidad. Ha estado muy delicado de salud en los últimos días. Esperamos su pronta y total recuperación.
Saludos, querido Castor.
-EL HISTORIETARIO-
El tiempo pasa.
A principios de los 80, hace cerca de 40 años, el dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional Adolfo Lugo Verduzco, recientemente fallecido, envió a su joven secretario de Capacitación Política, el senador Mariano Palacios Alcocer, a un acto partidista que se celebraría en Villahermosa Tabasco. Era gobernador Enrique González Pedrero y presidente del PRI estatal otro joven, Andrés Manuel López Obrador, que compuso el himno de ese partido.
El sábado volvieron a encontrarse en el Teatro de la República.
-Le decía a Kuri que tienes más de 70 años y me dijo que no, que tienes 68 como yo, le comentó López Obrador a Palacios Alcocer.
-Pero tú estás muy bien conservado, señor Presidente, replicó el queretano.
-Ya me andaba con el Covid, apostilló Andrés Manuel, sin que lo oyera López Gatell.
Por cierto, a fines de 90, AMLO y MPA presidían uno el PRD y otro el PRI.
Más aún, en 2006 -cuando López Obrador dice que Calderón le robó la elección- Mariano era otra vez dirigente nacional del PRI.
La semana pasada, con toda la mar detrás, se saludaron muy cordialmente.
La política es así.
-LA FRASE DE LA SEMANA-
Mensaje.
Hay que curar al país de la desconfianza, violencia, egoísmo y de la enfermedad: Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro, en su discurso del 5 de febrero en el Teatro de la República, al cumplirse 105 años de la promulgación de la Constitución.
Y sí.
-JUGADA FINAL-
Serenos morenos.
Al JJJ y Andrea Tovar que desconocen a Armando Sinecio como coordinador de su bancada, un huérfano ¡JAQUE MATE!