De acuerdo con el informe del Monitor de Sequía en México (CONAGUA) del 15 de junio del 2024, la mayoría de los municipios de Querétaro (96.3%), incluyendo a la capital, se encontraban en la categoría de Sequía Excepcional D4 y sólo un 3.7% en la categoría de Sequía extrema D3.
Asimismo, de acuerdo con el reporte (CONAGUA) del día 26 de junio al día 27 de junio de 2024, se tiene un registro de 15.4 mm.
Mientras que Protección Civil del Municipio, informó que se tuvieron lluvias -Boletín 173/2024 (25 de mayo, 2024)- Reporte de Lluvias. Que la noche del viernes y madrugada de este sábado, se registraron zonas de lluvia ligera del tipo gotas ocasionales y llovizna ligera, además de actividad eléctrica, con rachas de ligeras a ocasionalmente moderadas.
Posteriormente en declaración a la prensa el día 25 de junio, el Director de Protección Civil informó que las lluvias que se presentaron el día de ayer en la ciudad fueron de moderadas a fuertes, con promedio de 6.6 mm y máxima de 21.2 mm
Dichas lluvias lo que nos indica es que continuará el ciclo del agua mediante tormentas que se originan en los océanos y llegan como lluvias horizontales al estado, pero ello, no debe confundirnos de que la sequía haya terminado, y aunque así fuere, lo que debemos tener en cuenta es el impacto (externalidades negativas ambientales) del cambio climático en cuanto a la variabilidad de las lluvias (ya sean sequías o fuertes tormentas), pero ambas ocasionaran desastres de una u otra forma. Ni tampoco debe crearnos la ilusión de que ahora podemos seguir consumiendo grandes volúmenes de agua. Por el contrario, ello, debe hacer crecer la conciencia de ahorrar lo más que podamos en todas nuestras actividades.
Ante la escasez de agua, lo primordial es valorizar su importancia en nuestras vidas, en los ecosistemas y para los demás seres vivos, al tiempo que debemos avocarnos en cuidarla lo más posible que podamos, pues la frecuencia y magnitud de sequías y tormentas ahora será mayor.
Cualquier lluvia es buena, y lo que ha llovido hasta hoy seguramente contribuirá en muchos sentidos, como preparar la tierra para los cultivos, darle de beber agua al ganado, llenado de los cuerpos de agua como las presas y bordos y, algo para la recarga de los acuíferos, pero aún no tenemos la certeza de cuál es el volumen de lluvia que tendremos en esta temporada, ni mucho menos si ese volumen será suficiente para cubrir todos los usos.
Entonces de lo que se trata es de gestionar la incertidumbre hídrica, de tal manera que podamos incurrir en medidas preventivas y no reactivas.
Y hay que considerar, que, por una parte, se trata de un volumen para las necesidades humanas y por otra, lo que necesitan los ecosistemas naturales y la biodiversidad tanto urbana como natural.
Pues es también una gran verdad que no sólo dependemos del agua, sino también de la biodiversidad y el suelo, que requieren igualmente de cierto volumen de agua para mantenerse.
De lo que sí ya disfrutamos con la llegada de las lluvias es una mejor temperatura, que han alejado las olas de calor que nos sofocaban e incluso nos ponían en riesgo de sufrir un golpe de calor. Además de ahorrar energía al ya no utilizar los aparatos para ventilarnos y también, ya no tener que comprar botellas de agua.
Pero también, en las áreas de ecosistemas naturales, sobre todo aquellas que se encuentran sin vegetación y donde concurre escorrentía de las lluvias, seguro ocasionará cierta erosión hídrica, lo que afecta a la calidad del suelo.
La lluvia es bienvenida, pero tiene sus bemoles, o impactos negativos ya sean del orden socio hídrico (riesgos de inundaciones) o también naturales como la erosión hídrica.
Aún con todo lo anterior, el estado de Querétaro aún sigue padeciendo de Sequía, según el Monitor de Sequía de la CONAGUA (al mes de julio, 2024).
Pero todavía hay tiempo para remontar tal situación y esperemos que así sea.
Lo importante es que reflexionemos sobre la escasez hídrica y empecemos por ahorrar el preciado líquido, pues con el cambio climático, las sequías serán mas frecuentes y con mayor intensidad.
De ahí que con las primeras lluvias y las que les sigan, repensemos nuestro futuro inmediato en todos los sentidos, pero sobre todo que valoremos el recurso hídrico y el contexto de sequía que tiene variados impactos sociales, económicos, políticos y sobre todo ambientales.
Pues será necesario crear estrategias adecuadas para enfrentar tales escenarios adversos en todos los ámbitos de nuestras vidas.
La lluvia nos hace renacer, nos da esperanza, no anima y permite continuar hacia adelante, a pesar de tener sus inconvenientes (desastres).