SERENDIPIA
En el mundo del arte y en el nombre del arte han tenido lugar algunas locuacidades excéntricas del hombre.
Hace algunas décadas una presencia esencial en el arte era la figura humana y con ella los paisajes y los autorretratos, las pinturas surrealistas y las abstractas, la escultura y los murales a gran escala como actores relevantes en distintas esquinas del mundo.
Desde hace años las fronteras se han difuminado y el espacio del arte se ha extendido a materiales, conceptos y artefactos insospechados como una puerta vieja, una caja vacía, una pelota gigante cuyo cuerpo adherente va atrapando basura, el esqueleto de una ballena, un pendón con una imagen y la producción más reciente de las galerías de arte de varias capitales del mundo en la Feria de Arte Material, que tuvo lugar el fin de semana en el Frontón de la Ciudad de México.
Visité esta feria el viernes y el domingo estuve en el Museo Nacional de Arte. Cierto morbo me llevó a ver la exposición “Originalmentefalso”, de Gabriel de la Mora, “un audaz ejercicio de diálogo entre la serie del artista y el acervo del Museo Nacional de Arte”.
La exposición aborda los círculos institucionales, intelectuales y comerciales del arte; nociones como originalidad, autoría, creatividad o iconicidad —subraya la curaduría— quedan trastocados por la obra de De la Mora.
El artista interviene obras falsas de numerosos artistas mexicanos que colectó los últimos veinte años para transformarlas mediante procesos físicos y químicos que alteran la configuración del objeto falso y trastocan su enunciación, creando un objeto nuevo donde la obra inicial es irreconocible. Los artistas más falsificados en México son Diego Rivera, Dr. Atl y David Alfaro Siqueiros.
Esta última frase —“crear un objeto nuevo”— me llevó a recordar ciertas inquietudes que se han acentuado desde que empecé a asistir a las ferias de arte de Nueva York: ¿Qué es el arte en una era marcada por la tecnología? ¿Cómo se han transformado las plataformas y los materiales a partir de los cuales un artista dialoga con el mundo? ¿Dónde empieza y termina una obra original?
El viernes mi amiga Alicia Cárdenas y yo visitamos la feria Material en el Frontón México. Vimos obras de artistas mexicanos y extranjeros —cuadros e instalaciones— y muchas de las piezas que provocan ruido por su originalidad o su rareza. Vimos un estandarte con la imagen de un hombre en 10 mil dólares y un pedazo de concreto con una varilla en ristre.
Una pintura nos hizo detenernos. ”¡Es un Tamayo!”, exclamó Alicia. Una mujer de la galería nos sacó de nuestro embeleso. Sí, era un Tamayo, dijo, pero ya no era sólo un Tamayo. Ahora era una pieza del artista que había tallado el marco negro y delgado que engullía la obra. El comprador debería firmar un compromiso para no separarlo de la pintura.
Los laberintos extravagantes del mercado del arte.