SERENDIPIA
Encono
¿Hasta dónde llegará el encono social en los casi dos meses que restan antes de presenciar la mayor colisión política y social en la historia moderna del país?
Es un tiempo breve y se consumirá como pasto seco entre el vértigo político y el Mundial de Futbol en Rusia.
Pero cincuenta y seis días pueden ser un abismo si se piensa en los focos rojos encendidos en el país como una advertencia desestimada de la peligrosa polarización de la sociedad, como resultado del encono y la confrontación entre el obradorismo y los seguidores del PRI y José Antonio Meade (a quienes se suman otras expresiones anti obradoristas).
Si el coro de mil cabezas que es el anti obradorismo apodó como “pejezombies”, o llamó “legión de idiotas” o “chairos” a los seguidores de López Obrador, señalándolos como intolerantes, violentos e incapaces de razonar, ahora distintas expresiones de un franco fundamentalismo de derecha han tomado por asalto la campaña a la presidencia, acompañadas de un grueso bombardeo de ideas, noticias falsas y propaganda.
Entre el arsenal de esta especie de cruzada fundamentalista se avistan algunos episodios que ya han marcado la campaña por la presidencia. En algunas de estas acciones queda claro el origen del financiamiento, pero sobre una mayoría abrumadora no existe información sobre patrocinadores, recursos y origen del dinero.
Un promocional de Mexicanos Primero (una organización dirigida por el empresario Claudio X. González Guajardo), utilizó a cinco niños para que imitaran a los candidatos a la presidencia y replicaran sus frases ligadas al sustantivo tema de la educación.
El Tribunal ordenó suspender el promocional, que terminaba con esta frase: “Piensa bien y elige al candidato que apoye la transformación Educativa”. Morena consideró que el comercial violaba la Constitución y presentó una demanda.
La autoridad consideró que el promocional contenía elementos suficientes para influir en las preferencias electorales, violando la Constitución que prohíbe a personas físicas o morales contratar propaganda en radio y televisión para influir en los electores.
Hace unas semanas aparecieron miles de volantes de papel con una leyenda:
“¿Sabías que? De ganar la presidencia, Andrés Manuel López Obrador:
Serán cerradas todas las iglesias católicas y pasarán a ser propiedad del gobierno.
Los sacerdotes serán expulsados. Se prohibirá el culto”.
¿Quién las financió? ¿Las autoridades están investigando?
Otro episodio de polarización social ocurrió la noche del domingo cuando Ricardo Alemán provocó en Twitter a los simpatizantes de López Obrador:
“Les hablan”, replicó un tuit que debió parecerle simpático: “A John Lennon lo mató un fan, a Versace lo mató un fan, a Selena la mató un fan. A ver a qué hora, chairos”.
Tensar a la sociedad es irresponsable y peligroso cuando las elecciones tienen como fondo la violencia cotidiana e infinita que asfixia a los ciudadanos. Ochenta candidatos han sido asesinados en estas campañas que transcurren bajo la memoria de más de 30 mil desaparecidos y alrededor de 250 mil homicidios en los últimos doce años. Los fundamentalismos solo generan violencia.