SERENDIPIA
A puro bombazo y metralla
Por fin empezaron. Son como una plaga y todo mundo habla de ellas.
Hace cinco y once años las campañas políticas y la guerra por la presidencia convirtieron al país en una gran batalla campal en la que los primos veinteañeros discutían con el tío sesentón, o reñías con amigos y conocidos de muchos años por culpa de la maldita política, y en una cafetería o en las cantinas se alzaban acalorados debates en los que una parte defendía como gato boca arriba a Andrés Manuel López Obrador, y la otra, partidaria del PAN o del PRI, al candidato en suerte, primero Felipe Calderón y después Enrique Peña.
¿Qué nos deparará esta elección? ¿A que altura se elevará nuestra ira traducida al arrebatado arte de bloquear gente en Facebook y Twitter? ¿Nos dejaremos llevar por el hígado y las más bajas pasiones, atendiendo al tono que los partidos han puesto como preámbulo? Si no está preparado, mejor agárrese.
Pero las campañas también provocan risas, desde décadas antes de que Juárez invitara a Palacio Nacional a los hermanos Rosete Aranda y su famosa compañía de títeres. Uno de ellos, el “Vale Coyote”, un indio vestido de manta, hacía reír al pueblo a las costillas del presidente Porfirio Díaz.
Décadas más tarde las carpas albergaron la risa de la gente humilde que las llenaba para ver al gran Jesús Martínez, “Palillo” y sus ironías y críticas brillantes, como puyas de toro, para retratar la inmundicia política.
“Yo digo lo que la gente está diciendo en la calle. Soy filoso hasta lo último. Nos costó mucho la libertad de expresión, muchos Avilacamachazos, nueve veces me metieron al bote”, le contó en una entrevista a Ricardo Rocha, al inicio de los 80. Con su cigarro atado a la boca, “Palillo” retrataba en unos cuántos latigazos la situación del país, como este esquech que es una joya (https://www.youtube.com/watch?v=u2GKwOpdkZ8), en el que el cómico pasea a un “gringo”por edificios emblemáticos de la ciudad.
“¿Te gustó el PRI?”, le pregunta “Palillo”.
¿Qué sé del PRI?, contesta el “gringo”.
“No sabes nada, y nunca lo sabrá nadie”.
¿Por qué vamos a reñir o a reír en estas campañas a la presidencia?
La gente, decía “Palillo”, se ríe “porque le ponemos un poquito de atenuante al coraje y a la indignación, y si no le damos un matiz de ironía, de sarcasmo, de chistocidad, pues sería pura bronca, puro impromerio, pura violencia, y aquí entre chiste y payasadas aventamos una crítica y se ríe la gente. Bendito sea Dios que aquí es así y no como en otros países donde están a puro bombazo y metralla. Es un delito engañar , ya pasa de demagogia, hay que hablarle a la gente con la verdad, por más traumática que sea, y decirle a la gente: estamos a un milímetro de no tener remedio”.
Decía Palillo con la cara roja de coraje y cubierto de risas, hace casi cuarenta años