SERENDIPIA
El Tren Maya: ¿Progreso o urbanización rampante?
El Tren Maya es un proyecto que sintetiza poderosamente las oportunidades y los riesgos que supone el cambio político que vive el país.
La propuesta de Andrés Manuel López Obrador plantea incorporar al desarrollo a los estados del sureste que históricamente han estado rezagados de las inversiones, la estructura y la vitalidad económica de las entidades del norte.
Pero el proyecto del Tren Maya también podría replicar el gran negocio inmobiliario, el desorden urbanístico y el arrasamiento de áreas ecológicas en el afán de llevar a cabo distintos desarrollos e iniciativas, como sucedió en los últimos años.
Para entender hacia dónde se dirige el proyecto más ambicioso del futuro presidente en el sureste del país es necesario hacerse una pregunta: ¿quién se encargará del Tren Maya en el equipo de López Obrador?
En los últimos días, una controversial figura política reapareció en un activo papel de promotor del proyecto: Manuel Velasco, el último gobernador de Chiapas.
“Los gobernadores del sureste nos reunimos en Campeche con el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para evaluar el proyecto del Tren Maya, la obra más importante del sureste en los últimos 30 años. Por esa razón estamos unidos en torno a un propósito, el Tren Maya”, publicó Velasco en redes sociales.
Introducir a una figura política cowmo Velasco en un proyecto que propone unir a los estados de Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas es sugerente del respaldo y la tarea de convencimiento detrás de este plan que comprenderá tramos de selva y otros dos que pasarían por zonas costeras del Golfo de México y el Caribe.
López Obrador tiene una buena relación personal con Velasco, un gobernador que como algunos otros en la historia reciente del país –un ejemplo que se me viene a la cabeza es el ex gobernador yucateco Víctor Cervera Pacheco– es visto fuera de Chiapas como un sinónimo de cacicazgo, incapacidad, corrupción y autoritarismo, pero dentro de su estado es reconocido y querido por importantes segmentos sociales a los que benefició desde el gobierno. La tarea de convencimiento y negociación que Velasco podría hacer a favor del Tren Maya será clave para que el proyecto esté en posibilidad de vencer las resistencias. ¿Quién mejor para llevar a cabo la tarea de convencimiento que un gobernador que tiene en las manos el control político de su estado?
En Campeche, en un papel más discreto, el gobernador Alejandro Moreno, acusado de traición en las elecciones por el primer círculo de José Antonio Meade, se ha convertido ahora en un ferviente promotor del Tren Maya, cuando hace unas semanas le declaraba la guerra a Andrés Manuel López Obrador. López Obrador y los encargados del proyecto deberán tratar con pinzas de cirujano los compromisos e intereses que alrededor del Tren Maya puedan pactar los gobernadores del sureste. No hacerlo significaría reeditar el negocio mobiliario y la urbanización rampante en el gobierno del presidente Peña.