Por una #SociedadHorizontal
Al buscar el significado de la palabra vorágine, encontré que ésta se entiende como una “mezcla de sentimientos muy intensos que se manifiestan de forma desenfrenada”, también que es un “remolino de gran fuerza e intensidad que se forma en el mar u otra extensión de agua por la acción del viento o las corrientes”. Tal parece que la palabra ayuda a describir al pie de la letra lo que significaron los distintos eventos políticos que vivimos en el país, a lo largo de la semana pasada.
Por un lado, las noticias que desde el domingo empezaron a desbordarse, en torno a la salud de Andrés Manuel López Obrador. Aunque el mandatario tuiteó en su cuenta que por tercera ocasión le había dado COVID-19, los errores en la comunicación por parte de su equipo, las especulaciones que surgieron ante la noticia de que había tenido un “desvanecimiento” e incluso la especulación surgida desde Yucatán de que probablemente se trataba de un infarto, generaron todo tipo de posicionamientos públicos.
La intensidad de los sentimientos y expresiones que se expusieron en el espacio sociodigital, dan cuenta del apasionamiento que genera, a favor y en contra, el presidente López Obrador. La conversación en redes sociales tuvo un alcance de inusitado, con alrededor de 87,409,070 personas alcanzadas. Como de costumbre, se desbordaron los posicionamientos de seguidores y opositores.
En esta ocasión, según el reporte de MWGroup, el 56% de los usuarios se manifestó por la pronta recuperación de López Obrador, retroalimentó la versión de que únicamente se trataba de un “cuadro leve de Covid” y utilizó el #FuerzaPresidente para mostrar su solidaridad y apoyo. Por su parte, quienes se mostraron críticos representaron un 44% de la discusión en redes. Compartieron especulaciones sobre un supuesto infarto y sobre qué pasaría si su salud empeorara. También criticaron que desde hace tiempo se le ha pedido al titular del Ejecutivo, hacer públicos los reportes sobre su estado de salud y no ha cumplido, por lo que afirmaron que ha mentido sobre sus enfermedades.
Desafortunadamente, la polarizada atención que alcanzó este tema, distrajo de lo que en paralelo ocurrió en el Poder Legislativo. Sin reflexión, discusión ni respeto alguno por los reglamentos parlamentarios, tanto en Cámara de Diputados como en el Senado, se aprobó un sinnúmero de controversiales leyes. El oficialismo abusó de su mayoría y desahogó algunas de las sesiones mas terribles de la vida legislativa reciente.
En sesiones maratónicas, aprobaron “fastrack” las propuestas del Ejecutivo con las que se modificó la Ley General de Salud, para desaparecer el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI). Se decretó el cierre de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) y del CONACyT. Adicionalmente, se ampliaron las facultades de la SEDENA para supervisar el espacio aéreo nacional; recibir directamente y sin licitación, la operación del Tren Maya y utilizar el impuesto al no migrante que se le cobra a los turistas extranjeros para proyectos como el AIFA.
Este episodio fue condenado por una amplia mayoría de usuarios digitales. El 93% de los participantes, mediante el #LibertadParaLegisladores, exigió respeto hacia la autonomía del Poder Legislativo, denunció abuso de poder y exigió que AMLO no olvide los principios fundamentales de la democracia. El 7% que defendió, celebró que, tras una extensa jornada de trabajo, salieron adelante diversas reformas a favor de los ciudadanos.
Las citadas votaciones parlamentarias, impactarán en la vida de millones de usuarios del sistema de salud, de decenas de miles de productores y campesinos, de la comunidad científica y turística de todo el país. ¿Porqué la prisa? ¿Porqué no revisar los textos? ¿Porqué hacer todo a las carreras? ¿Solo para quedar bien con el presidente? Ha quedado en claro, el nulo avance que aún tenemos en cuanto al respeto a la representación popular. La cultura presidencialista sigue intacta, gobierne el partido que gobierne.
Cambiar de raíz, este terrible desequilibrio, es el reto más grande que hoy enfrenta la #SociedadHorizontal. Evitar que el presidente prevalezca como el único eje de atención y centro de gravedad en la política nacional es indispensable. Provocar que sean los espacios legislativos, donde tengamos el verdadero involucramiento social, es un objetivo fundamental para la real transformación del país.
Mientras lo logramos, habrá que buscar incidir nuevamente en el Poder Judicial, quien tendrá la última palabra en torno a lo que, con tanto desaseo, fue aprobado.