El Río Sena será escenario para las pruebas de aguas abiertas de los Juegos Olímpicos París 2024, y para los tramos de natación de los triatlones tanto de los Juegos Olímpicos como de los Paralímpicos, pero el proyecto para limpiarlo ha tenido un costo de mil 400 millones de euros.
Nadar en el Sena antes era habitual, pero hace un siglo fue prohibido debido a preocupaciones de seguridad, salud y la preocupación porque las personas que nadaban fueran atropelladas por los barcos que navegaban. La moda de nadar en el Sena comenzó a mediados del siglo XVII.
Fue el 22 de junio de 1913 cuando se celebró el campeonato francés de buceo, 10 años después se prohibió nadar en el Sena bajo amenaza de multas, pese a esto muchos parisinos siguieron disfrutando del Río Sena en los días calurosos durante varias décadas.
A partir de 2025, el público podrá darse un baño en el Sena en tres lugares: Bras Marie, Grenelle y Bercy, donde serán áreas seguras y demarcadas para su uso público. De acuerdo a registros históricos, el Sena alcanzó su peor calidad de agua en términos de descarga de aguas residuales en los años 1980.
Uno de los principales desafíos para hacer que el Sena sea nadable es la contaminación fecal, el riesgo de enfermedades infecciosas como infecciones de la piel y problemas gastrointestinales. Durante el proceso de purificación se está evitando el vertido de aguas residuales al Sena.
El tratamiento UV ha sido uno de los principales procesos de desinfección porque la luz ultravioleta desinfecta matando bacterias, virus y parásitos.