La Organización Meteorológica Mundial (OMM) alertó que existen crecientes posibilidades de que el fenómeno de El Niño, tradicionalmente asociado a un aumento de las temperaturas, se registre en los próximos meses y produzca al menos dos años de mayor calor, después de haber sufrido el planeta ya entre 2015 y 2022 los ocho años más cálidos desde que se tiene registro.
“Esperamos un grave aumento de la temperatura global en los próximos dos años”, anticipó en rueda de prensa el director del departamento de servicios de predicción de la OMM, Wilfran Mufuma, quien no obstante subrayó que hay que esperar nuevos estudios para cuantificar este mayor calentamiento.
Según el informe presentado hoy por el experto en rueda de prensa desde Ginebra, el fenómeno de El Niño, que en unas regiones del planeta suele acompañarse de inundaciones y en otras de sequías, tiene un 60 por ciento de posibilidades de desencadenarse antes de julio, y la probabilidad aumenta al 80 por ciento hacia septiembre.
Oscilación Niño-Niña
El fenómeno de El Niño y su variante inversa, La Niña (ligada en principio a un enfriamiento del clima) son máximos y mínimos de oscilación térmica en las aguas del Pacífico Sur, actualmente en situación “neutral” tras tres años en los que rigió La Niña (un periodo inusualmente largo).
Mediciones del agua en superficie ya han mostrado que la temperatura del Pacífico nuevamente aumenta, lo que ha llevado a los expertos a anticipar la llegada de El Niño, que podría ir asociado a más lluvias en el sur de Ecuador, el noroeste de Perú, el sur de Brasil, el noreste de Argentina, el sureste de Paraguay, Uruguay, el centro de Chile y el norte de México, según los gráficos de OMM.
Sin embargo, “en grandes extensiones de la Amazonía, El Niño en otras ocasiones ha ido asociado a sequías”, subrayó Mufuma, mientras la OMM también suele vincular este fenómeno a escasez de precipitaciones en Indonesia, Australia, el sur de África y el subcontinente indio.
La duración y la intensidad de este periodo de El Niño aún no se pueden pronosticar, aunque habitualmente suele extenderse entre nueve meses y un año.
El anterior ciclo de El Niño (2014-2015) contribuyó a que un año después, en 2016, las temperaturas del planeta fuesen las más elevadas desde que se tienen registros, por lo que en esta ocasión también podría causar sus peores efectos con cierto retraso, por lo que la OMM prevé que lleguen en 2024.