“Saludos a mi tierra”, dijo Víctor González al comenzar a platicar vía telefónica desde Los Ángeles con “Plaza de Armas”, el periódico de Querétaro.
El actor recién terminó su participación como villano en la telenovela “A-Mar”.
“Nací en Querétaro y desde niño tenía la inquietud de ser actor. Ahí hice mis pininos hasta que a los 17 años decidí irme al entonces Distrito Federal para estudiar en el CEA (Centro de Educación Artística) de Televisa”, recuerda entusiasmado.
“A lo largo de mi carrera he tenido la suerte de tener personajes entrañables. Busco ponerle mi sello a cada personaje y encontrarle lo inexplicable y así hacerlo interesante, creíble y real”, platica.
Con 40 años de trayectoria, Víctor ha destacado en cine pero sobre todo en televisión, tanto en telenovelas como en series.
Ha destacado con sus papeles de villano, pero ha buscado no encasillarse
“Desde que estaba en la escuela aprendí que no hay personajes pequeños. He tenido la oportunidad de meterme en el físico y psicología de cada personaje, pero a todos les he podido imprimir mi sello y estilo”, afirma.
Platica que como parte de su trabajo actoral trata de entender la situación previa y posterior a cada escena, “sobre todo para hacerlo creíble para el público”.
“Hay que hacerlo divertido, pasarla bien y disfrutar cada escena, para que la situación traspase la pantalla y llegué al público. Pero siempre con el mayor respeto, un respeto a nuestra profesión, a nuestros compañeros, al equipo de producción, pero sobre todo al público que nos hace favor de ver nuestro trabajo “, comenta el actor.
En “A-Mar”, Víctor González compartió créditos con Eva Cedeño, David Zepeda, Laura Carmine, Gaby Mellado, Ana Martin y la niña Camille Mina.
Hay a quien no le gusta trabajar con niños, porque afirman que se roban las escenas frente al público, contrario a lo que piensa Víctor.
“Para mí es un privilegio trabajar con niños. Disfruté mucho hacerlo con Camille, se llevó la telenovela. He tenido la oportunidad de trabajar con más niños en mi carrera, me encanta hacerlo. Me refresca y me hace ser más natural y me ayuda a quitarme los vicios y las muletillas actorales que vamos adquiriendo. Son muy naturales y me hacen que yo también lo haga, lo cual se agradece enormemente”, afirma.
A pesar de su trayectoria, comenta que no le gusta decirle a los niños qué hacer.
“No soy nadie para dar consejos, prefiero respetar las indicaciones del director. Lo que sí me gusta es crear la atmósfera para las escenas, en meterme por completo a la situación”, revela.
Asegura que ama las telenovelas, pero acepta que no le gusta verse en pantalla, porque siente que pudo hacerlo mejor. “Soy autocrítico”.
En cuanto a su vida personal, Víctor González mantiene un perfil bajo, alejado de los escándalos.
Asegura que es mejor mantener distancia para tener paz interior y tener tranquilidad.
Sin embargo aceptó que ser padre le cambió su visión de la vida, luego de casarse en Juriquilla, con la queretana Nora Caturegli, a quien conoció desde que eran vecinos de niños. “Tener un hijo, es lo máximo que me ha pasado”, confiesa.
Una faceta no muy popular en la carrera de Víctor González es la música.
Desde jóven es amante del rock, por lo que no se quedó con las ganas e incursionó en la música como DJ.
“Aprendí con amigos y de estar observando; cuando veo a la gente bailar con la música, ¡wow!”.