El presidente Donald Trump declaró que su decreto sobre las restricciones a refugiados e inmigrantes podría quedar en manos de la Corte Suprema.
En declaraciones el martes a reporteros, Trump dijo que trabajará “dentro del sistema” para impulsar su orden ejecutiva. Pero al mismo tiempo expresó esperanzas de que la medida no tenga que llegar al máximo tribunal, porque según él, el decreto es “sentido común”.
La orden ejecutiva de Trump frenó en seco el programa estadounidense de admisión de refugiados, y prohibió el ingreso al país de ciudadanos de siete países de mayoría islámica. El fin de semana, un juez en Seattle bloqueó temporalmente la medida, y Trump reaccionó criticándolo severamente.
El mandatario declaró recientemente que hay más gente que apoya sus políticas que las que protestan en contra de su decreto y que hay “mucha gente mala” que quiere entrar al país.
El Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito, con sede en San Francisco, mantendrá este martes una audiencia sobre el veto migratorio.
La corte está presidida por un panel de tres jueces, uno nominado por Jimmy Carter, otro por George W. Bush y otra por Barack Obama.
El Departamento de Justicia presentó el documento ante estos jueces defiendo que el veto del presidente es un “ejercicio legal” contemplado por las competencias presidenciales para garantizar la seguridad de la nación.