Este martes el Comité Olímpico Internacional (COI) ha decidido expulsar a Rusia de los Juegos Olímpicos de invierno de PyeongChang a celebrarse en febrero próximo.
La decisión se tomó después que la comisión liderada por el político suizo Samuel Schmid confirmara el dopaje generalizado de dicho país, por lo que el organismo olímpico decidió aplicarles el más duro castigo de su código por primera vez en su historia.
A pesar de la medida, será posible ver a competidores rusos en la justa internacional, siempre y cuando acrediten su limpieza en cuanto a dopaje se refiere y reciban el visto bueno de una comisión creada por el propio COI, por lo que competirán bajo la bandera olímpica, vistiendo uniforme neutro y en caso de conseguir una medalla, no podrá sonar el himno de su país, en cambio, sonará el himno olímpico.
La medida resulta un duro golpe para el gobierno de Vladimir Putin quien nunca ha reconocido el dopaje generalizado de su nación, en cambio, lo considera una persecución de occidente en su contra. Las reiteradas denuncias de ex trabajadores del antidopaje ruso han derivado en la expulsión de los rusos del deporte mundial.
De no rectificar en próximos años, Rusia también quedaría fuera de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y de los siguientes.
“Hemos sufrido un ataque sin precedentes a la integridad de los Juegos Olímpicos y del deporte en general. Después de seguir un proceso claro, hemos emitido una sanción proporcional y que protege a los atletas limpios. Espero que esto ayude a crear un sistema antidopaje más eficaz en todo el mundo”, apuntó Thomas Bach, presidente del COI.
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