Nallely Hernández
Para la Secretaría de Economía (SE), los desacuerdos en materia comercial entre Estados Unidos y México por el maíz y el acero responden a una coyuntura política e incluso a intereses personales.
En conferencia de prensa, Raquel Buenrostro, titular de la SE, aseguró que en medio de las propuestas electorales de cada año, los congresistas buscan imponer una serie de temas para posicionarse.
“Yo diría que el tema del maíz transgénico y el acero en lo que son iguales es que son discusiones políticas, pero son diferentes cómo se están abordando”, enfatizó la funcionaria.
En el caso del maíz, donde ya se realiza un panel de controversias al amparo del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), Buenrostro consideró que parte de la preocupación surge en Iowa, principal estado productor del grano, del que además Tom Vilsack, actual titular del Departamento de Agricultura, fue Gobernador.
“Además, trabajó para Monsanto. Entonces hay un conflicto de intereses tremendo. Primero trabajó en Monsanto, luego es secretario de Agricultura, pero también fue Gobernador de Iowa, que además de ser un productor importante de granos es donde inician las (elecciones) primarias de Estados Unidos”, dijo la funcionaria.
Contrario al caso del acero, la secretaria afirmó que el tema del maíz lleva una discusión avanzada en la que México ha respaldado sus decisiones de manera adecuada según lo establecido en acuerdos comerciales.
“Será una cuestión técnica; nosotros estamos confiados en que tenemos todos los argumentos para defenderlo. Estamos también tranquilos con los jueces que tocaron, creemos que son medianamente imparciales”, mencionó Buenrostro.
Impacta más a EU conflicto por acero: SE
De aplicar aranceles al acero mexicano por posibles prácticas de comercio desleal, el más afectado sería Estados Unidos por la alta cantidad de exportaciones al país, consideró Buenrostro.
La funcionaria recordó que mientras que en 2023 México exportó 2.3 millones de productos de acero terminado, de Estados Unidos entraron 4.1 millones.
“El tener aranceles en la industria del acero no es conveniente ni para Estados Unidos ni para México. En caso de que hubiera aranceles, dado que ellos tienen una mayor incidencia en el mercado mexicano, la afectación más grande sería para ellos”, acotó.
La titular de la Secretaría de Economía sostuvo que los reclamos carecen de fundamento económico e incluso responden a la presión política en el año de elecciones en Estados Unidos. No obstante, comentó que actualmente ya se coordina una serie de acciones para mitigar prácticas desleales en el comercio internacional, tanto para el sector siderúrgico como otros afectados en México. Por ejemplo, se analiza ampliar las fracciones sujetas a aplicación de aranceles por importaciones de países con los que no se tiene acuerdo comercial.
Bajo este escenario, Othón Valverde, subsecretario de Industria y Comercio, detalló que se analizan 600 fracciones de diferentes sectores, especialmente de calzado y textiles, para aplicar aranceles.
Actualmente ya ha vigentes 205 fracciones arancelarias de la industria del acero y aluminio a una tasa de 25 por ciento que se decretaron desde agosto del año pasado.
“Estamos revisando las 205 fracciones de la industria del acero, más otras con la posibilidad de sumarlas a un nuevo decreto, porque estamos incorporando fracciones arancelarias de la industria del aluminio, también sectores afectados por países asiáticos, el textil, calzado, plástico, vidrio, el secror papel, que sumados al acero y aluminio nos lleva a tener ahora en cartera de revisión alrededor de 600 fracciones arancelarias”, explicó.
El arancel aplicado sería diferenciado, según el sector, atendiendo las cuotas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La secretaria Buenrostro aclaró que esta semana concluye el análisis para determinar las fracciones que serán consideras, pues aún no hay un número definitivo de las que pasarán, en tanto que a finales de la siguiente semana se presentará a las representantes de comercio exterior.
Otra de las prácticas que se analizan es homologar las fracciones arancelarias de ambos países en temas de acero y aluminio, así como detallar el país de origen del acero importado en fundido y colado para dar trazabilidad a los productos y evitar triangulación comercial.
Para los representantes de la Secretaría de Economía es poco probable que prospere la aplicación de aranceles.
“Dada la situación y esta interdependencia que hay entre Estados Unidos y México en materia de acero, eso nos orilla a que no es conveniente, ni para ellos ni nosotros, poner aranceles entre nuestros países”, dijo la titular de SE.
La secretaria respondió a pregunta expresa sobre qué pasaría en el hipotético caso de que Estados Unidos aplique nuevos aranceles al acero mexicano: “lo que jurídicamente procedería, si Estamos Unidos sí aplicará aranceles, nos toca a México poner también aranceles a ellos. En ciertos productos que tengan el mismo impacto, por eso digo que no les conviene”.