Nallely Hernández
Claudia Sheinbaum, Presidenta de México, pretende que un salario mínimo sea suficiente para comprar el equivalente a 2.5 canastas básicas, sin embargo, el ritmo actual de los precios de los alimentos dificultará esta meta, según especialistas.
En septiembre pasado, los precios de los alimentos reportaron incrementos de hasta 45 por ciento en productos como frutas y verduras, así como los derivados de granos.
De acuerdo con datos recabados por Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), el mango, la uva y el aguacate reportaron inflaciones anuales de más de 40 por ciento, con precios por kilo de entre 35 y 88 pesos.
En el caso de las verduras, tan solo el brócoli reportó un encarecimiento anual de 60 por ciento, mientras que el chile, la cebolla, la calabaza y el pepino también aumentaron más de 40 por ciento, respecto a septiembre de 2023.
El Coneval calculó que en septiembre el valor de la canasta básica alcanzó los 2 mil 344 pesos, mientras que actualmente en México el salario mínimo mensual es de 7 mil 468 pesos, con lo que adquirir sólo los alimentos básicos y productos como papel de baño y jabón representa el 31.3 por ciento de lo que se gana.
Víctor Gómez, director de Analítica de Datos del Imco, explicó que uno de los mayores riesgos del plan de incrementar el salario mínimo es el efecto que tendrá en la inflación, especialmente entre la población de menores ingresos, que destina una mayor proporción de sus salarios a la compra de víveres, y entre los informales, que no se beneficiarán del aumento salarial, pero sí pagarán mayores precios.
“El beneficio en el salario cuando se liga, como ahora, al valor de la Canasta Básica, tiene una implicación en relación con la inflación, de tal manera que esta relación entre el comportamiento de la inflación y los salarios, va a tener como consecuencias que veamos una carrera entre salarios y precios”, explicó.
Debido a que los precios de los alimentos están sujetos a la volatilidad del mercado internacional, así como factores climáticos y de temporalidad, pese a que la inflación general presenta un comportamiento estable, en frutas y verduras, principalmente se percibe un mayor encarecimiento, explicó el especialista.
“La exposición que tienen los hogares de menos ingresos a los cambios en los precios incide de mayor manera, porque destinan un mayor porcentaje de sus ingresos a consumir alimentos”, detalló.