Para el político y diplomático mexicano, Mariano Palacios Alcocer, la tregua que buscaron con el crimen organizado los cuatro obispos católicos de las Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Acapulco, Tlapa y Ciudad Altamirano, Leopoldo González González, José de Jesús González Hernández, Joel Ocampo Gorostieta y Dagoberto Sosa Arriaga, es una expresión de la ausencia de autoridad y la vacancia del poder en el estado gobernado por la morenista Evelyn Salgado Pineda.
Con todo, Palacios Alcocer cree el diálogo sostenido por los obispos con los grupos delincuenciales que tienen a Guerrero en su peor crisis de seguridad como no se había visto, debe llevar a exigir a la autoridad a que cumpla con su obligación constitucional de salvaguardar la integridad del pueblo mexicano y sus bienes materiales. Pero acota, “creo que es una medida desesperada (reunirse con delincuentes), no del todo justificada, pero que muestra la pastoral de la iglesia preocupada por preservar lo que el Estado no es capaz de hacer.
Apenas este domingo, los obispos de Guerrero emitieron un comunicado en el que aseguran que en la entidad todas las familias necesitan vivir en un ambiente libre de intimidación.
“A todos aquellos que han hecho del crimen un estilo de vida les pedimos que cesen en sus abusos en contra de las personas, de las familias, de los pueblos y ciudades”, indicaron.
“Nadie tiene derecho a matar, abusar sexualmente, robar, mentir, esclavizar y mucho menos a convertirlo en un negocio o en un medio de intimidación”, señaló el comunicado de este domingo.
“Todos tenemos derecho a conservar nuestra integridad física y psicológica, trabajar honestamente, consolidar nuestro patrimonio material, disfrutar de nuestra familia, asistir a los centros escolares, llegar a las instituciones de salud y manifestar públicamente nuestra fe”, añadieron.
De acuerdo con el ex gobernador de Querétaro sostiene que la iglesia en Guerrero buscaba “la defensa del orden, la preservación de la vida, de la seguridad, de la paz; de tal suerte que yo lamento que sean instancias intermedias de la sociedad, por respetables como sean las diócesis y no el poder publico que tiene la obligación constitucional de hacerlo”.
Audiencias en El Vaticano
El martes y jueves de la semana pasada, el Papa Francisco, recibió a las candidatas de la Coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálves, y de la Coalición Juntos Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum.
Al hablar del encuentro, Gálvez dijo que el Sumo Pontífice la elogió: “Celebro que usted tenga el coraje que tiene” y que “mi fe y mi religiosidad está por encima de cualquier oportunidad política”.
Por su parte, la morenista destacó que siente por Francisco “una profunda admiración por su pensamiento humanista”, pues es “uno de los líderes y pensadores globales más grandes de los últimos tiempos”.
En este sentido, entrevistado previo a impartir una conferencia magistral sobre la relación Iglesia-Estado, en el Museo de Arte Sacro, Mariano Palacios Alcocer, ex embajador ante la Santa Sede y uno de los responsables de la reforma constitucional al Artículo 130 que reconoció la personalidad de las instituciones denominadas iglesias y formalizó la relación, hasta entonces velada, de la católica y el gobierno mexicano, opina “que el referente moral de la Santa Sede en el ámbito internacional postula una serie de valores y principios semejantes a los que establece la Constitución en el artículo 89 fracción X, hace que muchos aspirantes de distintas latitudes, que muchos jefes de estado de todos los continentes acudan a entrevistarse con el Papa como vértice y defensor de una moral vinculada con el evangelio de Cristo”.
También habla del talante diaologuista del Papa Francisco:
“El Papa ha tenido dos elementos fundamentales en su pontificado. Uno es el dialogo interreligioso y otro es el respeto a la pluralidad y a las libertades democráticas. Me parece que proviniendo como lo es de Argentina de los golpes militares, de la persecución religiosa, de la desaparición de tantas y tantas personas; de la Plaza de Mayo, pues el es un hombre sensible a las luchas sociales”, concluye Mariano Palacios.