Jaime Cárdenas Gracia refiere que Andrés Manuel López Obrador tenía “muchas dudas” sobre los consejeros electorales desde los tiempos de José Woldenberg.
Narra una anécdota: “Cuando me designan consejero (1996), estuve en una entrevista con él —yo no lo conocía, era presidente del PRD— y me dijo: ‘Usted ha trabajado con priistas, usted es una persona desconfiable, usted seguramente es un mapache’”.
“Yo le digo: ‘Oiga señor López Obrador, está equivocado. Nunca he sido un mapache. Sí he trabajado con priistas, con el licenciado Manuel Camacho, con Fernando Ortiz Arana, pero mi trabajo era de escritorio, era ocuparme de cuestiones legales, no era operador político. Yo soy un hombre serio, me gusta la academia, en fin, no soy ese que imagina’”.
Así comenzó una relación profesional que los llevó a acercarse en los tiempos del desafuero y a apoyarlo profesionalmente a lo largo de los años, hasta ocupar la titularidad del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado.
Ahora, ante la proximidad de una Reforma Electoral y las constantes denostaciones del Presidente de la República hacia el Instituto Nacional Electoral, Cárdenas Gracia recuerda otro momento que pinta desde entonces la relación de AMLO con el INE, desde sus orígenes como IFE:
—En esa ocasión nos invitó a desayunar a varios consejeros en su departamento de Copilco, todavía vivía su primera esposa (Rocío Beltrán), ella preparó el desayuno. Nos dijo que le parecía excesivo lo que ganábamos, que a veces éramos muy sumisos ante el estatus quo, que nos faltaba rebelarnos en contra del PRI, que debíamos tener actitudes más críticas frente a la autoridad electoral… Y era el IFE del que todo mundo habla bien, el de Woldenberg.
De los desafíos constantes al INE y de las violaciones a la ley electoral por parte del Presidente y de sus colaboradores, el doctor en Derecho por la UNAM y de la Complutense de Madrid opina precisamente como abogado:
—Yo lo veo obsesivo, inadecuado. A mí me hubiera gustado una relación mucho más tersa con la autoridad electoral, creo que faltó mucho hablar con ellos…
Él sí tiene ganas de desacreditar al órgano electoral, pero a veces les da el beneficio de la duda: ‘A ver si se portan bien, a ver si ahora ponen más casillas, a ver si hacen más difusión…’. Pero cada decisión del INE es para él un desengaño.
Es como un matrimonio muy mal avenido, cuando ya el divorcio es inminente; ya no le importa a ninguna de las partes respetar ciertas reglas civilizadas y hacen todo lo necesario para acabar con el adversario. Yo creo que desde el gobierno se ve, por lo menos a Ciro Murayama y a Lorenzo Córdova, como adversarios políticos, como la verdadera oposición.
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GEMAS: Obsequio de AMLO: “Queremos que lo que nos deben (COVAX), lo que les pagamos por adelantado, que nos lo entreguen con vacunas para niños, para empezar las vacunas con los niños con las vacunas adecuadas”.