En Avenida Universidad y Guerrero, junto al río Querétaro, cayó uno de los árboles más antiguos y grandes de la zona, sin remedio. Otros han sido dañados a propósito, como el inolvidable de Corregidora y Universidad, pero éste si parece haberse desplomado por enfermedad y el peso de los años. Urge una revisión de nuestro patrimonio verde para detectar oportunamente los ejemplares que requieren atención porque en los últimos años ha sido muy frecuente la caída de árboles, independientemente de los muchos talados para la realización de obras estatales o municipales. Para que luego no nos quejemos del cambio climático.