No ha sido una, han sido varias las ocasiones en las cuales la Organización Mundial de la Salud manifiesta su preocupación por la forma como el gobierno de México maneja la crisis de salud pública originada por la pandemia del Covid 19.
En una de ellas, el 30 de noviembre, cuando la manipulación política y las mentiras sobre el comportamiento de las tasas de contagio y mortalidad, eran repetidamente materia de los medios mexicanos y más tarde por “The New York Times”, el doctor Thedros Adhanom Ghebreyesus, cabeza de la OMS, dijo algo tan sencillo como incomprensible para la mente de los dirigentes mexicanos:
“…Cuando ambos indicadores aumentan, es un problema muy serio. Y nos gustaría pedir a México que sea muy serio. No comentamos comportamientos individuales sobre el uso de mascarillas. Pero hemos dicho en general que usar mascarilla es importante, la higiene de manos es importante, mantener la distancia es importante y esperamos que los líderes sean ejemplares. Queremos que los líderes sean un modelo a seguir…”
Y en es sentido los gobernantes mexicanos han cumplido cabalmente las instrucciones de la OMS: son un modelo a seguir.
Porque aunque diplomáticamente Adhanon se abstenga de señalar comportamientos individuales, el rechazo terco y necio del presidente de la República a usar el cubreboca, si no es cuando quiere taparle el ojo al macho o lo fuerzan en los aviones o la Casa Blanca, ha sido para otros muchos mexicanos tan tercos y tan necios como él, un modelo a seguir.
Y también es un ejemplo de comportamiento el merolico de las siete: el doctor Hugo López “Gatinflas”, quien en una de las últimas conferencia del año, las cuales –dicho sea de peso—, cada día semejan más la información militar de un ejército en problemas, pura contabilidad de muertos y heridos; ningún avance y en este caso contagiados, muertos y “recuperados”, instó a la población a no salir de vacaciones y guardar prudencia hogareña ante lo colorado del semáforo, cuya luz de alarma es tan roja como al fin del año pasado..
Seguimos como estábamos y el relativo confinamiento no ha servido para mucho.
La alharaca de las vacunas –insuperable promesa electoral, caída del cielo como anillo al dedo–, ha relajado comportamientos, tensiones y resguardos.
Y con esos ejemplos el ciudadano medio dice no me importan, al fin y al cabo ya hay vacunas. Pues ni las hay y cuando las haya no alcanzarán para todos.
Posiblemente la pareja del señor López Gatell no necesite (él tampoco), formarse en una fila interminable. A pesar de su evidente juventud será una de las primeras en recibir la cura, si no se la han proporcionado ya, porque una cosa es ser demócrata y otra es ser quien uno es y no estamos aquí para recibir el mismo trato del peladaje, oiga usted.
El problema no radica en el derecho o no de tomar vacaciones y descanso. Todos saben la empeñoso del señor “Gatinflas”, quien se la ha pasado del tingo al tango ofreciendo entrevistas aquí y allá y presentándose en cuanta conferencia de prensa imagine el gobierno.
Ese es el papel de un vocero.
Lo poco serio –por no decir lo cínico–, es incumplir èl mismo las recomendaciones dictadas para otros. Los demás son los demás y yo soy yo.
Ante esta situación, denunciada por las “benditas” redes sociales,el Señor Presidente demostróuna vez más su habilidad retórica para los juegos malabares, porque aunque le pidió a “Gatinflas” una explicación, le dio el espaldarazo de echar por delante su defensa: también el servidor público tiene derechos”·.
“—(SE).- “… Nosotros tenemos que reconocer (AMLO) lo que están haciendo los servidores públicos, más cuando están muy lampareados, muy observados todos, qué bien que hay ese escrutinio pero también el servidor público tiene derechos, vamos a ver qué dice”.
Además de la injusticia, los críticos de “Gatinflas” cometen un error de principio:
–¿Cómo le exigen cubreboca a un señora cuyo descanso transcurre en la mejor playa nudista de México?
Aunque hasta ellos (invitación al festival anual) tiene mayor conciencia:
“…De acuerdo con la asamblea general celebrado el pasado domingo 20 de diciembre la comunidad de Zipolite decidió aceptar la realización de actividades siempre y cuando estas no sean masivas y se cumplan con los protocolos de sanidad necesarios, dentro y fuera de la playa (en su poster promocional los encuerados tiene cubreboca)”.