A menos de dos semanas de votarse quién presidirá la Suprema Corte de Justicia, una de las candidatas más fuertes, Yasmín Esquivel, que tiene el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador, está metida en un serio problema. Por lo pronto es de percepción, luego de que el escritor Guillermo Sheridan la acusó de plagio de tesis de licenciatura, a lo que ella respondió vagamente que era falso y afirmó que eran ataques por ser mujer. Con esa defensa, la ministra Esquivel no va a salir adelante, aunque llegara a tener razón, y que lo que parece un plagio claro, no lo sea.
Las acusaciones de Sheridan contra Esquivel son muy serias. Según el escritor, la ministra entregó su tesis de licenciatura en septiembre de 1987 en la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales Aragón (hoy Facultad de Estudios Superiores Aragón), pero es idéntica a la que presentó Édgar Ulises Báez en julio de 1986 en la Facultad de Derecho de la UNAM. La directora de tesis fue Martha Rodríguez Ortiz, y según Sheridan, hay otras dos tesis idénticas posteriores, en 2008 y 2010. Estas acusaciones son muy graves, pero tienen forma de verificarse.
El abogado general de la UNAM comenzó ayer a revisar las imputaciones, mientras que la FES Aragón dijo que iniciará un análisis del contenido y las circunstancias del caso, para lo cual actuará con estricto apego a la norma universitaria. No debe ser un proceso tardado, porque la UNAM dispone de una herramienta para saber si hubo plagio o no. El software que tiene la UNAM se llama iThenticate, que desarrolló la empresa Turnitin, que otorga una calificación en su Índice de Similaridades y presenta una Revisión de Coincidencias en las numerosas bases de datos en donde compara los textos y proporciona el número de palabras similares que se utilizaron.
Una vez que se termine de revisar el alcance al que llegó la herramienta, se procedería a una siguiente fase, en donde pasaría al Tribunal Universitario y a la Comisión de Honor, donde probablemente su directora de tesis sería llamada para escuchar su explicación y versión de los hechos. Los abogados de la UNAM iniciaron desde ayer un análisis jurídico sobre los diferentes escenarios, para tener claridad de los pasos a tomar tras las primeras conclusiones de los análisis que se están realizando.
Lo mejor que le podría suceder a la ministra Esquivel es que mediante el uso de la tecnología, que ha sido utilizada exitosamente en la academia y en la industria editorial, se determinara que no hubo plagio. Las tesis que dio a conocer Sheridan de Esquivel y Báez, sugiere, sin embargo, otra cosa, porque abundan las páginas con similitudes que elevan muchas dudas, no sólo en el fraseo y el contenido, sino en el índice, los capítulos, bibliografía y referencias. La denuncia que hizo el escritor colocó a la UNAM en una situación donde no hay alternativas. Lo que está en juego es su propia credibilidad como institución, donde una maestra, Rodríguez Ortiz, que dijo haber dirigido más de 500 tesis, está en entredicho.
La mancha que hay sobre Esquivel es muy grande, y el momento que se vive no tiene precedente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde el impacto ha sido enorme. La conversación al interior de la Corte no se limita al proceso de selección de presidente, que deberá dilucidarse el próximo 2 de enero, sino todo lo que representaría en el caso de que se comprueba plagio. Como explicó un funcionario de la Corte, si esto sucediera, ¿qué impacto tendría en las resoluciones de la ministra? ¿Qué impacto por todo su trabajo en el Poder Judicial previo?
Si ella se graduó de licenciada en Derecho, hablando en hipótesis de trabajo, y se comprueba que lo hizo copiando una tesis, es posible que le retiren el título, que es otro de los escenarios que están analizando los abogados para determinar si esa acción está dentro de la norma universitaria. Si esto sucede, que es una de las probabilidades que están observando en la Corte, las preguntas sobre el impacto tendrían como respuesta, una secuela terrible: la posibilidad de que todas sus resoluciones, dictámenes y proyectos, queden anulados porque los realizó una persona sin título de abogada.
Es decir, no sólo quedaría totalmente fuera del proceso para presidir a la Suprema Corte, sino también estaría violando el artículo 95 de la Constitución que requiere para ser electo, probidad en la impartición de justicia, honorabilidad, competencia y antecedentes en el ejercicio de la actividad jurídica, y destrozaría toda su vida pública.
La ministra Esquivel empezó su defensa desde el miércoles y está presionando en diversas instancias para que se sofoquen las acusaciones de plagio. Esquivel y su directora de tesis, la maestra Rodríguez, esgrimieron el mismo argumento para responderle a Sheridan, que era una ataque contra las mujeres. Esta defensa no se sostiene. El tema de género en este caso es irrelevante. La denuncia no fue por ser mujer sino por haber plagiado una tesis. La defensa tendría que ser con pruebas para demostrar que no fue así.
Pero no es fácil hacer esa defensa por las grandes similitudes con la tesis de Báez. Son tan notorias que aún en el hipotético caso que se determinara que no hubo plagio, no sólo la UNAM cargaría con la sospecha del porqué actuó en defensa de ella, sino que ella misma quedaría impregnada de desconfianza.
El golpe de Sheridan la van a dejar marcada, cualquiera que sea la conclusión de las investigaciones, pero ella, por la defensa que asumió, piensa lo contrario. En la Corte también consideran que si se concluye que su tesis fue original, no tiene problema para luchar por la Presidencia. Sería finalmente la lucha de percepción contra realidad, aunque por lo que se ve en el análisis comparativo de tesis, parece que la denuncia tiene sustento.
Nota: esta columna dejará de publicarse hasta el 3 de enero.
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