Se ha informado por distintos medios que el Parlamento de la Unión Europea ha aprobado (12 de julio del 2023) la Ley de Restauración de la Naturaleza, conocida como la Ley contra el Colapso de los ecosistemas, lo cual, los europeos lo consideran un hito para el Pacto Verde europeo.
El objetivo de dicha Ley es el evitar a largo plazo el colapso de importantes ecosistemas debido al cambio climático y la extinción de especies. Por otra parte, esta ley se considera una de las partes más importantes del Pacto Verde de la UE (El Pacto Verde de la UE es un amplio programa de medidas con el que se pretende alcanzar la neutralidad climática en 2050.)
La norma jurídica establece objetivos vinculantes en siete ámbitos de actuación, como las tierras de cultivo, las turberas, los polinizadores y los fondos marinos, con el fin de revertir los daños ambientales causados por la actividad humana descontrolada y el cambio climático.
Pero uno de los objetivos de la nueva ley es obligar a los países miembros a restaurar partes importantes de los ecosistemas dañados para que vuelvan a estar en buenas condiciones. Esto incluye zonas marinas, bosques y cauces fluviales, así como algunas tierras agrícolas. También quieren ampliar los espacios verdes en las ciudades y revertir el declive de poblaciones de insectos clave para la polinización, como las abejas.
Entre los objetivos que propone la ley destacan los siguientes:
Reversión de la disminución de los polinizadores de aquí a 2030 y aumento de sus poblaciones a partir de ese año.
Mantenimiento de los espacios verdes urbanos hasta 2030 y aumento del 5% en 2050, garantizando una superficie de arbolado del 10% en todas las ciudades.
Eliminación de las barreras fluviales (que no presas) para que al menos 25.000 km de ríos europeos pasen a ser de caudal libre en 2030.
Reducción a la mitad del uso de plaguicidas químicos de aquí a 2030 y su prohibición en lugares sensibles como zonas verdes urbanas, incluidos los parques o jardines públicos, parques infantiles, escuelas, áreas recreativas, caminos públicos y espacios naturales de especial interés para los polinizadores.
Las medidas deberán abarcar al menos el 20% de las zonas terrestres y marinas para 2030, y para 2050 todos los ecosistemas que necesiten restauración. En la discusión uno de los puntos críticos fue sobre el uso de la turberas y la turba. Pues en el proyecto se consideró que el 30% de todos los suelos de turba utilizados actualmente en la agricultura deberían renaturalizarse hasta finales de esta década. Y para el 2050, la proporción debería aumentar hasta el 70%.
Y ante las opiniones de que ello causará grandes pérdidas económicas en el sector primario, la Comisión Europea, calcula que, a largo plazo, cada euro invertido en la restauración de los recursos naturales reportará al menos ocho veces más beneficios económicos. No obstante, los actores que apoyan dicha Ley subrayaron que también tiene como objetivo principal la seguridad alimentaria a largo plazo.
Esta legislación es clave para recuperar la salud de los ecosistemas, detener la pérdida de biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático. Pero también para impulsar una economía más sostenible y mejor adaptada
Por todo ello, “la ley de restauración de la naturaleza debe ser entendida como una ley de seguridad alimentaria, de salud pública y de bienestar. Una ley de desarrollo económico y social, y uno de los mayores legados que podemos dejar a las futuras generaciones”
También se dejó muy claro que el propósito de la ley de restauración de la naturaleza no es aumentar la superficie protegida de la UE, ni mucho menos limitar la actividad económica ni el uso del territorio,
Por el contrario, la iniciativa no excluye la actividad económica en el medio rural, para ello, se argumentó que la propuesta que subyace en el contenido de la ley es la de “vivir y producir en armonía con la naturaleza, recuperando más biodiversidad en todas partes, incluso en las zonas en las que se desarrolla la actividad económica, como los bosques gestionados, las tierras agrícolas y las ciudades.
Pasando a las coordenadas del municipio de Querétaro, hay que señalar que desde el 2021 la actual administración cuenta con un programa de Biodiversidad y que en el 2022, se certificaron varios fragmentos urbanos de biodiversidad por un total de 400 hectáreas y se continua en el presente año; han asignado el pago de servicios por polinización (2022-2023) a los apicultores del municipio por su estratégica labor; llevaron a cabo el Premio Municipal de Biodiversidad; al 2022 ya tiene asegurada la protección del 32.6% del territorio municipal y de acuerdo al documento del Índice de Capital Natural del Municipio (2022) cuyo índice se incrementó 0.054; y cada año, junto con los ciudadanos se renaturalizan espacios públicos y privados con alrededor de 6 ejemplares arbóreos y de especies nativas; y no se han otorgado cambios de uso del suelo en las Unidades de Gestión Ambiental de Protección Ecológica; también han protegido jurídicamente mediante su tutela, el total de Bordos de captación de agua y: en la actualidad se sabe que el Instituto de Ecología y Cambio Climático del Municipio, junto con la UNAM están trabajando en un estudio sobre suelos, con la finalidad de llegar a proteger las zonas estratégicas de suelos para el futuro (2030). Además de ser pionero a nivel nacional en el mercado local voluntario de Bonos de Carbono a partir de un activo ambiental municipal como lo es el Parque Joya-La Barreta. Con todo ello, se puede decir que el municipio se adelantó en sus políticas públicas contra la trayectoria del colapso.
La aprobación de la Ley de Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea sólo confirma que hoy lo importante es establecer las bases para corregir la trayectoria de colapso en el futuro cercano, pues ello, permitirá en el mediano y largo plazo haber restaurado los ecosistemas y continuar aprovechando de manera sostenible los bienes y servicios de la naturaleza. Lo que no se haga hoy de cara al futuro, más adelante se lamentará profundamente y ya no habrá tiempo para reencauzar la trayectoria.