En Grecia muy originalmente se celebraban los Juegos Panhelénicos: Olímpicos, celebrados en Olimpia; Píticos, en Delfos; Ístmicos, en Corinto, y Nemeos, en Nemea. Cada cuatro años entre los meses de julio y agosto. El valor de los Juegos antiguos fue múltiple: representó una manifestación religiosa de acatamiento a los dioses; contribuyó al desarrollo armónico del cuerpo y del alma; favoreció la amistad de los pueblos y ciudadanos. En honor a Zeus buscaban al mejor Griego.
En la Antigua Grecia, el arte y el deporte iban de la mano, y ejercitar tanto el cuerpo como la mente se consideraba la forma ideal de alcanzar la armonía. Desde el año 776 a. C. hasta el 393 d. C., el programa olímpico incluyó eventos deportivos como correr, saltar, boxeo y carreras de carros, así como competencias de arte, música y heráldica.
La Carta Olímpica especifica que: “El objetivo del Olimpismo es poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del hombre, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana”.
Entre 1912 y 1948, los juegos olímpicos incluían categorías de arte: pintura, escultura, arquitectura, literatura, arquitectura y música. Los temas de las pinturas y los dibujos eran sobre el deporte, el criterio para que se descontinuaran estas categorías era debido a que concursaban artistas profesionales y no los amateurs en el espíritu de la olimpiadas y por otro lado los juicios de arte eran demasiado subjetivos.
La admisión de deportistas profesionales comenzó a mediados del siglo XX, varía según el deporte, es en 1984 donde se permite que entren los tenistas profesionales, en Barcelona se permitió que entraran en baloncesto atletas de la NBA y así se ha contaminado de atletas profesionales las olimpiadas.
Así han evolucionado los juegos olímpicos, de muchas maneras orgánicas que siempre generan tensión al espíritu original de los griegos y luego del Barón Pierre de Cubertin. Muy diferentes las olimpiadas de Hitler, donde Leni Reifenstal tenía la misión de filmar a todos los atletas alemanes de tal manera que parecieran super héroes y no generar ningún buen ángulo de todos los otros atletas. Convirtiendo el documental de las olimpiadas en un documento de texto de cómo usar la edición en cine y para qué usar la edición en cine. Sin embargo ese esfuerzo fue herido gracias a Jesse Owens ganando 4 medallas de oro y destruyendo el mito de la superioridad aria. En México, en el 68, se genera el concepto de las “olimpiadas culturales”.
Las olimpiadas aunque son un evento deportivo, su espíritu es cultural para todos aquellos que comprenden el marco de lo que representa. Para muestra un botón.
París, 4 de agosto de 2024 — En medio de la emoción y la grandeza de los Juegos Olímpicos de París, el programa cultural ha presentado una experiencia artística Sui generis.
Aquí hay el ejemplo de un agente secreto del olimpismo, el renombrado artista francés Abraham Poincheval actual.Su instalación de sitio específico, “La Bouteille”, la botella, se ha convertido en un punto culminante, atrayendo tanto la admiración como la contemplación de visitantes.
Poincheval, conocido por sus actuaciones de resistencia extrema, ha vuelto a traspasar los límites con «La Bouteille» (La botella). Esta instalación muestra a Poincheval viviendo dentro de una botella de vidrio gigante durante una semana, en el canal de Saint-Denis. La estructura transparente permite a los transeúntes observar la vida diaria del artista, borrando la línea entre el espectáculo público y la existencia privada.
El concepto detrás de “La Bouteille2 es rico en metáforas. Poincheval se posiciona como un mensaje vivo en una botella, símbolo de comunicación y aislamiento. Esta actuación resuena profundamente con los temas de los Juegos Olímpicos, donde se reúnen atletas de todo el mundo, cada uno con sus propias historias de lucha y triunfo. Poincheval retoma el hecho de que la historia de la obra de arte “soy yo”.
“La botella es un recipiente de soledad, pero también un medio para tender la mano”, explicó Poincheval en una entrevista reciente. “Representa la condición humana, nuestra capacidad de resistencia y las formas en que nos conectamos unos con otros a pesar de nuestra separación”.
La actuación de Poincheval no se trata simplemente de resistencia física; es un comentario profundo sobre la experiencia humana. Al elegir vivir en una botella de vidrio, invita a los espectadores a reflexionar sobre sus propias vidas y la naturaleza de la existencia. La transparencia de la botella ofrece una visión íntima del mundo del artista, haciendo que el público sea parte de su viaje.
Esta instalación es parte del programa cultural más amplio de los Juegos Olímpicos de París 2024, cuyo objetivo es mostrar la fusión de los deportes y las artes, celebrando el potencial humano en diversas formas. “La Bouteille” es un testimonio de esta visión, fusionando lo artístico con lo atlético y ofreciendo una perspectiva única del espíritu olímpico.
Para aquellos que estén en París, se recomienda encarecidamente una visita a “La Bouteille”. Es una oportunidad para interactuar con una obra de arte que trasciende los límites tradicionales y ofrece una experiencia profunda y estimulante.
Este tipo de obra nos debe de recordar que lo importante de entender el arte y del artista no es que nos guste su obra, sino comprarle la idea de usar su mirada, es una invitación a subirnos a nuestra propia botella y atrevernos a ser el mensaje.