viernes, diciembre 5, 2025
Sin resultados
Ver todos los resultados
Plaza de Armas | Querétaro
  • Andadores
  • aQROpolis
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Ráfagas
  • Roja
  • Andadores
  • aQROpolis
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Ráfagas
  • Roja
Sin resultados
Ver todos los resultados
Plaza de Armas | Querétaro
Sin resultados
Ver todos los resultados

Un día para no olvidar

ESTRICTAMENTE PERSONAL

por Raymundo Riva Palacio
19 agosto, 2020
en Editoriales
El reguilete de Lozoya
1
VISTAS

 

Dieciocho de agosto de 2020 es un día para no olvidar y para luchar de aho­ra en adelante porque lo que se sem­bró este lunes no florezca. Este fue el día en que el presidente Andrés Manuel López Obrador aplastó la Ley y demostró que el Esta­do de Derecho le hace lo que el viento a Juárez, que el debido proceso es una sopa de la que no come, y que a quienes deben ser guardianes de la Ley, los utiliza, manipula y desecha con des­parpajo. El fiscal general independiente al que tanto presume, luce como su apéndice, y el pre­sidente de la Suprema Corte, parece su opera­dor legal por sus silencios injustificables. Habrá quien aplauda el corto plazo de la lucha contra la corrupción, pero el largo plazo corrompe la esencia de nación y mina la certidumbre jurídi­ca de sus ciudadanos.

López Obrador usó el atril presidencial para referirse a un video donde aparecen dos ex fun­cionarios del Senado vinculados a panistas, re­cibiendo dinero en efectivo. No hay nada más ahí. Ni quién llevó el dinero, ni quién lo enviaba, ni qué destino tendrían los recursos. El video se volvió viral en las redes sociales cinco horas des­pués de que López Obrador le pidió al fiscal Ale­jandro Gertz Manero que diera a conocer el que entregó el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, como prueba de corrupción en el gobierno ante­rior. La sola sugerencia presidencial violenta la Ley, a la que juró defender sobre la Constitución. Lo llamó “asunto de Estado”, que es una rara for­ma de concebirlo al pedir la difusión del video que para que se respete la ley, hay que violarla.

El Presidente se dijo sorprendido por la vi­ralización de un video que materializó su sue­ño, y apretó la marcha. Aunque jurídicamente el video no prueba nada, y probablemente tam­poco sirva como una prueba ante un juez, Ló­pez Obrador dio su propia versión de lo que in­formaba el video que, por si alguien no lo había visto, reprodujo en la mañanera: “Este video es bastante fuerte, muestra la inmundicia del régi­men de corrupción que imperaba, porque todo este dinero se utilizaba para comprar volunta­des, conciencias, para comprar votos”.

¿De dónde sacó el Presidente que ese dine­ro era para comprar la conciencia de legislado­res? De su imaginación. “La declaración del se­ñor Lozoya…”, agregó. “Parte de este dinero se utilizó para la aprobación de la llamada Reforma Energética, que tanto se promovió, se defendió por medios de comunicación, los escritores, los columnistas, intelectuales orgánicos”. Con esta afirmación, el Presidente vinculó el video, que hasta ese momento no era parte del expediente del ex director de Pemex. Tampoco forma par­te de la declaración de Lozoya, y López Obrador carecía de pruebas para afirmar que fue utiliza­do para los fines corruptores que describió co­mo verdaderos.

López Obrador tejió una narrativa donde vin­culó verdades con verosimilitudes que injertó en la cabeza de millones de personas. La úni­ca verdad es el video donde se recibe de mane­ra irregular –lo ilegal tendrá que demostrarse-, que incorporó en las verosimilitudes –las acusa­ciones de Lozoya que falta que pruebe-, y aco­modó en el marco mental mexicano que ata­ca todos con la frase de que todo el pasado, en el universo de los últimos 36 años, fue corrup­to. Con esas imputaciones, el Presidente violó la presunción de inocencia y generó el llama­do “efecto corruptor”.

Este “efecto corruptor” lo desarrolló el mi­nistro Arturo Zaldívar, presidente de la Supre­ma Corte de Justicia, en la revisión del amparo directo de Florence Cassez en 2011, que se que­jó de que la autoridad violó el debido proceso y su presunción de inocencia por no haber teni­do la asistencia consular –es ciudadana france­sa-, ni haber sido puesta inmediatamente al Mi­nisterio Público, y haber formado parte de un “montaje” o recreación ante la prensa de su de­tención, en un operativo contra una banda de secuestradores, como fue sentenciada tiempo después por un juez.

En esa memorable tesis, Zaldívar señaló: “Es­ta escenificación o montaje tuvo como objetivo transmitir unos hechos ajenos a la realidad, que (afectaron)… el reconocimiento del derecho de la presunción de inocencia por el artículo 20 de la Constitución… un principio general del dere­cho que (se ha convertido) en un derecho fun­damental que vincula a todos los poderes públi­cos y que es de aplicación inmediata”.

La escenificación que hizo López Obrador ayer con la reproducción del video en Palacio Nacional como anexo a sus acusaciones, aniqui­ló la presunción de inocencia y el debido proce­so, al afirmar que era un acto de corrupción de todo un sistema –no de individuos, en dado ca­so-, y que las reacciones que había generado eran una aceptación de validez. ¿Reconocimiento de qué? La respuesta se encuentra en el framing, el ángulo o la perspectiva desde la cual se cuenta una información, que empleó, y que vinculó au­tomáticamente Lozoya-corrupción-políticos de oposición-Reforma Energética-compra de vo­tos. “Siempre lo he dicho”, remató el Presidente. “Es un régimen en el que encontramos en deca­dencia, con una corrupción generalizada”.

En su opinión sobre Cassez, Zaldívar precisó: “Las consecuencias de aquella conducta o con­junto de conductas, intencionadas o no inten­cionadas por parte de las autoridades… produ­cen condiciones sugestivas en la evidencia incri­minatoria”. El ministro subrayó: “Es necesario enfatizar que toda acusación debe sustentarse en evidencia solida y fiable, obtenida con ape­go a los derechos fundamentales. En este caso, (hubo) el efecto corruptor al haber subvertido el material probatorio (que) impide determinar la culpabilidad de la quejosa”.

Zaldívar dejó abierta la posibilidad de que las ilegalidades de las autoridades hubieran sido de manera no intencionada. En el caso de López Obrador, esa posibilidad no existe. Fue delibe­rado, con premeditación y dolo, llegando al ex­tremo de pedirle a quien debe aplicar la ley, que la viole. Este 28 de agosto, no lo debemos olvidar.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

Etiquetas: 2020ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOREsta­do de Derecho

RelacionadoNoticias

Kuri, Felifer y fiscal bajo fuego

Querétaro, patrimonio mundial, 29 años

4 diciembre, 2025
¿Por qué el maltrato?

Drones contra el Mundial

4 diciembre, 2025
El decálogo y las sombras

Los libros y la otra feria

4 diciembre, 2025
Guardia Nacional: ¡déjenla aterrizar en el México real!

La realidad fija límites a la IV-T

4 diciembre, 2025
Siguiente noticia
Video muestra la inmundicia: AMLO

Video muestra la inmundicia: AMLO

 

 

 

Categorías

  • Andadores
  • aQROpolis
  • Cartón
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Fuego amigo
  • Fuente de El Marqués
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Portada
  • Ráfagas
  • Roja

Enlaces Internos

  • Aviso de Privacidad
  • Aviso Legal
  • Contacto
  • Aviso de Privacidad
  • Aviso Legal
  • Contacto

© 2020 MEDIOS AQRÓPOLIS S.A. DE C.V. Todos los derechos reservados.

Sin resultados
Ver todos los resultados
  • Andadores
  • aQROpolis
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Ráfagas
  • Roja

© 2020 MEDIOS AQRÓPOLIS S.A. DE C.V. Todos los derechos reservados.

Este sitio web utiliza cookies. Al continuar utilizando este sitio web, usted está dando su consentimiento para el uso de cookies. Visite nuestra Política de privacidad y cookies.