El ajedrez bélico en Ucrania no se juega sólo en el territorio de este país, es ya, de hecho, un conflicto internacional, se están involucrando cada día más países. La guerra híbrida lo exige así. Estados Unidos presiona de mala manera a quienes pueden y se dejan y muchos países hacen enormes esfuerzos por no involucrarse. Pero el conflicto armado está escalando cada vez más.
¿Por dónde se romperá el hilo de la guerra “convencional” y en qué momento puede transformarse en conflicto nuclear global? ¿Es un peligro real la guerra nuclear? Vamos al análisis.
Por un lado, los europeos empiezan a mostrar fisuras. Austria y Hungría, han aceptado pagar en rublos el gas que importan de Rusia, algunas empresas alemanas y de otros países también. Estados Unidos, reunió en una de sus bases militares en Alemania, a casi cuarenta países para que aporten armas para Ucrania. Biden aporta una enorme “ayuda” de trece mil millones de dólares, Alemania cambia su política y envía armamento pesado, Francia, con un Macrón más inflado, manda ayuda militar, igual España y muchos otros países que se dejan llevar por los argumentos belicistas de Estados Unidos, que trata de acallar a la prensa sobre los oscuros manejos financieros del hijo de Biden en Ucrania. Polonia ha sido la punta de lanza de la agresividad de occidente contra Rusia. Ya le cortaron el gas. La OTAN ha rodeado con más fuerzas las fronteras bálticas y de occidente de Rusia.
Por su parte, Rusia, que se había alejado de Kiev (más para evitar la rasputitsa, los lodazales de abril y mayo, que porque haya sido derrotada por los ucranianos) para concentrar sus tropas en el Este y en el Sur de Ucrania, logró apoderarse de Mariúpol, deteniéndose en la acería de Azovstal y empezó a desplazar sus tropas hacia el Sur y puso la mira en Odesa y en la Transnistria, de Moldavia.
Pero la presión occidental y el envío de armamento pesado, ha provocado que la guerra dé un giro más preocupante. La planta siderúrgica de Azovstal está siendo destruida, empezaron los bombardeos a Odesa, su aeropuerto ha quedado invalidado, Kiev recibe nuevos ataques, la infraestructura civil, que había sido respetada, ahora está siendo destruida. Siete estaciones ferroviarias han sido destruidas y los choques en las ciudades que están en las riberas del río Dniéper, Jersón, Zaporiya y Dnipro, y en el sur, Berdiansk, Mykolaiv y Odesa, se convierten en prioritarias para asegurar el control del mar de Azov y del Mar Negro. La mira está en unir esa franja sudoriental del Donbás con Odesa y Transnistria. Con este movimiento Rusia controlaría los dos ríos principales de la región, el Dniéper y el Dniéster y los dos mares, el Negro y el de Azov. La única vía de acceso de fuerzas occidentales es Polonia. Ahí está el mayor peligro de escalamiento del conflicto.
La apuesta sube de tono. En Estados Unidos se dice que la guerra la puede ganar Ucrania y la están armando masivamente. Abiertamente los países de la OTAN están sobrepasando las líneas rojas marcadas por Putin en el conflicto ucraniano. Si pierde Ucrania, pierde Rusia. ¿Hasta dónde puede soportar Putin sin recurrir a las armas nucleares?
Rusia ha lanzado serias advertencias de responder con armas atómicas. Lo había hecho antes de entrar a Ucrania. Tuvo, por varias semanas, estacionadas sus tropas en la frontera. Muchos no creían que se lanzara al ataque y lo hizo. Es muy probable que ahora utilice algún tipo de armas de mayor poder de destrucción. Lo están anunciando también.
Existen desde bombas nucleares “sucias”, de alcance “limitado”, hasta la más reciente arma conocida como “Smart” o “Satán 2”, que califican de invencible, indetectable y sin limitaciones de rango. Cualquier uso de un arma atómica sería considerado como un “primer ataque”, con respuesta inmediata de ambas partes en conflicto, en este caso no es Ucrania, sino Estados Unidos y Rusia, quedando Ucrania y Europa en medio.
El meollo de las alternativas de la decisión rusa estaría en usar “bombas sucias”, con explosivos nucleares, para contener el avance occidental en Ucrania, con un costo mediático inmenso, o bombas termonucleares para asestar un primer ataque incontestable en Estados Unidos y sus aliados con poder atómico, principalmente Gran Bretaña y Francia, sin importar ningún costo, es el todo o nada. ¿Quién convence al estado mayor ruso, si se ven amenazados de muerte, de no usar el poder atómico? Rusia tiene la ventaja tecnológica ¿Por qué no habrían de usar esa ventaja si se ven acorralados?
El diálogo y la negociación con Ucrania se han diluido porque Zelensky no tiene autonomía para negociar, hace lo que le indican en Washington. Estados Unidos muestra una gran soberbia y piensa que no necesita el diálogo, sino sólo desparecer a Rusia del mapa.
Ya se vio que Guterres, el secretario de la ONU, no tiene poder mediador. El hecho de que la ONU haya condenado a Rusia por el caso de Bocha y haya auspiciado la salida de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, le dio razones a Putin para considerarlo aliado de Estados Unidos y lo recibió en su mesa de seis metros de distancia. Zelenski se molestó porque el Secretario de la ONU fue antes a Rusia que a Ucrania. Su visita no tuvo mayor relevancia para resolver el conflicto.
Tal vez los únicos con capacidad mediadora sean los BRICS, un grupo de países compuesto por Brasil, India, China y Sudáfrica, en donde se encuentra Rusia. China, India y Brasil han mostrado una distancia prudente con respecto al asunto de las sanciones y conservan una capacidad de intermediación que no tienen otros países u organizaciones.
Lo cierto es que si no se intenta una mediación, las posibilidades de un conflicto nuclear son cada vez más reales y eso impacta a todos, no es sólo una decisión de Estados Unidos. La supervivencia de la humanidad está en la ruleta rusa.