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Turbulencia social

ESTRICTAMENTE PERSONAL

por Raymundo Riva Palacio
22 septiembre, 2020
en Editoriales
El reguilete de Lozoya
7
VISTAS


 

Se le acumulan al presidente Andrés Ma­nuel López Obrador las insatisfaccio­nes políticas y sociales. Algunas cre­cen, como la protesta contra los femi­nicidios, o la de los productores agrícolas por el problema del agua. Algunas se reciclan, como los bloqueos de vías de ferrocarril y carreteras en Michoacán, y otras simplemente no han de­jado de suceder, como el secuestro de casetas en las carreteras del país. En camino viene la pro­testa lechera en varios estados y el incremento de beligerancia en la Ciudad de México, con el plantón del movimiento que quiere la renuncia del Presidente.

Javier Sicilia, el activista con quien luchó en algún momento hombro con hombro, le escribió una quinta carta este domingo donde dice que cada vez le cuesta más trabajo llamarlo “Presi­dente”, porque “has promovido demasiado odio, desprecio y agresión como para seguirte que­riendo”, ante sus actitudes de linchamientos más propios de un inquisidor que un fariseo del Evan­gelio. Dante Delgado, líder de Movimiento Ciu­dadano y que también fue aliado de López Obra­dor, le escribió otra carta el fin de semana donde afirma que “has cumplido la amenaza de man­dar al diablo las instituciones”.

El caldero se le está calentando al Presidente, que en su incapacidad para solucionar proble­mas, eleva su temperatura. No deja de hostigar y burlarse de los casi 700 intelectuales, escritores, investigadores, académicos y miembros de la so­ciedad civil que le exigieron respetar las liberta­des, que respondió el día de su difusión con una fotografía escoltado por dos empresarios, Mi­guel Rincón, que es su compadre, y Carlos Slim, la persona más rica de México, para buscar un mensaje de inclusión y arropamiento. Patético, por falso e inútil.

La respuesta oficialista al desplegado fue la recolección de firmas, que ya suman más de 30 mil, de crítica a los críticos y pidiendo un debate público. López Obrador, en su posición de fran­cotirador mañanero, se quejó que los medios no le habían dado a esta recolección de firmas el mismo espacio que al desplegado. Imposible ha­cerlo. Les guste o no les guste algunos de los fir­mantes, el desplegado surgió de la necesidad de unir fuerzas ante la amenaza común que afecta a todos, mientras que la recolección de firmas la armó quienes manejan la escuela de cuadros de Morena, junto con uno de los asesores ideológi­cos del Presidente, y los principales propagan­distas del gobierno. ¿Cómo darle el mismo peso a la sociedad que a la nomenklatura? Ni siquie­ra en los tiempos del PRI se hacía.

El Presidente se atrinchera, aunque parezca que marcha hacia el frente. Sus mañaneras se han vuelto irrelevantes en lo que tenga que infor­mar, porque no informa, al haberlas convertido en un cuadrilátero donde se sube a pelear. Pero aún en la pelea, las cosas no salen como quisiera. La semana pasada, en las redes sociales donde piensa que suceden todas las cosas, porque cree que gracias a ellas ganó las elecciones presiden­ciales y no por los medios de comunicación, cu­yas denuncias incansables sobre la corrupción del régimen las alimentaron, le fue, literalmente, fatal. No ganaron los suyos las batallas digitales, pese a los más de 150 millones de pesos que, se­gún los expertos, está invirtiendo mensualmen­te en ellas para defenderse.

Domina la conversación, pero no los temas de la conversación. Quienes piensan todavía que es un genio en la comunicación política, no es­tán analizando que lo que está haciendo el Pre­sidente es reaccionar y defenderse de sus propios errores, que la prensa de carne y hueso le mues­tra como espejo en las mañanas de Palacio. No está en repliegue táctico, como mandarían los estrategas militares, porque no entiende de re­pliegues, sino, como los dictadores en Argenti­na, que inventaron la Guerra de las Malvinas pa­ra ocultar la profunda crisis económica, se fuga hacia delante, sin prever, como sucedió en aquél país, que al no tener control sobre todas las va­riables, los resultados pueden ser desastrosos.

López Obrador no tiene control sobre la va­riable epidémica, donde para evitar que la opi­nión pública siga señalando el desastre de la es­trategia, los responsables de combatir la covid-19 modificaron metodologías, dejaron de publicar proyecciones, y no están contando todos los ca­sos de contagios y muertes que hay en el país. Los muertos no se ocultan, y cada vez aparecen más en el horizonte, identificados con otra en­fermedad.

Tiene el control sobre las variables económi­cas, pero la forma como lo hace genera descon­trol y una crisis que se profundiza. Sigue apre­tando a la burocracia central, y ajustes al pre­supuesto, que están afectando a sus programas sociales, porque el dinero que dice ahorrar me­diante la austeridad, lo tira en obras tan estra­tégicas para el país como, por ejemplo, el com­plejo cultural en Los Pinos o el parque ecológico en Texcoco. Sus fobias perjudican a la población y dañan al erario.

El Presidente está emocionalmente afec­tado, y aunque es una observación que puede ser tachada correctamente de subjetiva, puede ser visto a través de las imágenes: Una, la for­ma como caminaba junto con su esposa en Pa­lacio Nacional rumbo a dar el Grito del 15 de Septiembre, donde proyectaba agotada la in­vestidura presidencial; dos, el viernes pasado, haciendo mofa con una risa forzada y extra­ñamente macabra, del titular de Reforma que mencionaba el número de masacres que ha ha­bido en su sexenio.

El problema de López Obrador es que no se detiene un momento a reflexionar, porque no escucha ni a los suyos. O algunos de los suyos, también, le calientan las neuronas, aunque lo lleven a tomar decisiones equivocadas. Como le gusta leer, no está de más recomendarle que lea lo antes posible “La Marcha de la Locura”, de Bárbara Tuchman, donde documenta “la sin­razón” en la toma de decisiones. Algo debe sa­car de ello, si lo hace en forma autocrítica, en beneficio de él y del país.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

Etiquetas: ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADORmexico

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