El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió este sábado con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en un encuentro en el que también participó como anfitrión el jefe del Estado francés, Emmanuel Macron, que los había invitado para las conmemoraciones de la reapertura de Notre Dame de París.
Zelenski llegó poco después de las 17:30 locales al Palacio del Elíseo, adonde había acudido tres cuartos de hora antes Trump para un cara a cara con Macron.
El jefe de protocolo del Elíseo, y no el presidente francés, fue el que salió a recibir al líder ucraniano al patio, donde estaba rindiendo honores la Guardia Republicana.
Zelenski entró rápidamente en el edificio en el que le estaban esperando Trump y Macron, con los que posó unos segundos con el gesto tenso ante las cámaras antes de iniciar las discusiones entre los tres.
El presidente electo de Estados Unidos y el jefe del Estado francés tenían previsto hablar de los aranceles que amenaza imponer el primero a los productos que entren en su país procedentes de la Unión Europea, de la guerra en Oriente Medio y, sobre todo del conflicto en Ucrania.
Una cuestión que, obviamente, interesa más que a nadie a Zelenski, teniendo en cuenta que Estados Unidos es su principal proveedor de armamento.
Durante la campaña para su elección, Trump había subrayado su intención de resolver la guerra en Ucrania en 24 horas. Su actitud ha suscitado incertidumbre y temor entre los europeos, y en particular en Kiev, por la posibilidad de que eso signifique el fin del apoyo militar de Washington.
Zelenski ha asumido en las últimas semanas que su país no va a poder reconquistar por las armas el territorio que ha conquistado Moscú y ha insistido en que hay que buscar una salida diplomática.
Tras el encuentro en el Elíseo, que duró poco más de una hora, los tres se saludaron de nuevo ante las cámaras en el patio del Elíseo y se vio el único apretón de manos entre Trump y Zelenski.
Los dos subieron en sus respectivos coches oficiales para dirigirse a Notre Dame.
Los tres mandatarios debían participar allí a partir de las 18:15 locales en las ceremonias de reapertura de Notre Dame, aunque a la vista del retraso acumulado, es posible que ese horario no se respete.
A esas ceremonias van a asistir una cuarentena de jefes de Estado y de Gobierno. El dispositivo de protección incluye un contingente de más de 6 mil policías y gendarmes y el establecimiento de un perímetro cerrado al público en la isla de la Cité, donde se encuentra la catedral.
Los invitados de Macron a la ceremonia asistirán por la noche en el Elíseo a una cena ofrecida por el presidente francés.