¿Alguna vez te has preguntado por qué Al Pacino ha actuado en películas tan mal criticadas y recibidas como Jack y Jill, de Adam Sandler? La respuesta es sencilla: estaba quebrado y necesitaba dinero.
Así lo revela el actor en su libro de memorias “Sonny Boy”, que acaba de lanzar a nivel mundial, y en donde reconoce que, cuando tenía 70 años, empezó a tomar trabajos sólo para solventar sus gastos.
“Jack y Jill fue la primera película que hice después de perder mi dinero. Para ser honesto, lo hice porque no tenía nada más”, reconoce el ganador del Óscar en su biografía, de acuerdo con el portal Variety.
“Adam Sandler me quería en la película y me pagaron mucho por ello. Así que fui y lo hice, y me ayudó. Amo a Adam, fue maravilloso trabajar con él y se ha convertido en un querido amigo. Además, resulta que es un gran actor y un gran tipo”.
Jack y Jill es una de las tantas películas del histrión, actualmente de 84 años, que han sido duramente criticadas por sus fans y los expertos, además de haber sido fracasos de taquilla.
Sin embargo, para Pacino era necesario seguir trabajando luego de que perdiera casi toda su fortuna a manos de un contador corrupto, el cual eventualmente cumplió una condena de siete años y medio por dirigir una estafa piramidal y afectar a varios clientes de renombre.
En el caso del actor, el resultado fue una pérdida total de su fortuna en ese momento, en 2011, que según comparte en el libro ascendía a unos 50 millones de dólares. Ese mismo año apareció en Jack y Jill.
“Comencé a recibir advertencias de que mi contador en ese momento, un tipo que tenía muchos clientes famosos, no era de fiar”, recuerda Pacino, quien en esa época solía gastar grandes cantidades de dinero en la renta de su casa en Beverly Hills, viajes al extranjero y fiestas privadas, pensando que tenía los medios para solventar todo eso. La realidad es que su contador hizo un pésimo manejo de sus finanzas.
“Estaba en la ruina. Tenía 50 millones de dólares y luego no tenía nada. Tenía propiedades, pero no tenía dinero. En este negocio, cuando ganas 10 millones de dólares por una película, no son 10 millones.
“Después de los abogados, los agentes, el publicista y el gobierno, no son 10 millones: son 4.5 millones para ti en tu bolsillo. Pero estás viviendo por encima de eso porque estás en la cima. Y así es como lo pierdes. Es muy extraño cómo sucede. Cuanto más dinero ganas, menos tienes”.
Al ver el panorama, es que decidió tomar cualquier papel que le ofrecían, sin importar la calidad del proyecto. En esta época hizo filmes independientes y alejados de sus éxitos de crítica del pasado, como The Pirates of Somalia, Hangman, Misconduct y Stand Up Guys, que no fueron bien recibidos en la taquilla.
“Ya no era un joven y no iba a ganar el dinero que ganaba antes actuando en películas. Los grandes sueldos a los que estaba acostumbrado ya no llegaban. El péndulo había oscilado y me resultaba más difícil encontrar papeles para mí”, reflexiona el histrión, famoso por cintas clásicas como Caracortada y El Padrino.
“Hacía películas si pensaba que podía identificarme con el papel y sentía que podía aportar algo”.