Lo que empezó como una serie anclada en el poder de la nostalgia hoy puede calificarse, sin exagerar, como el producto más importante en la historia de Netflix. Stranger Things ha superado a House of Cards, El Juego del Calamar, Merlín y a cualquier otro título que venga a la mente. Y conviene aclararlo desde ahora: “la más importante” no necesariamente significa “la mejor”.
La relevancia de la creación de los hermanos Duffer va mucho más allá de los números —aunque estos también la respalden—. Su verdadero peso está en la huella que ya dejó en el imaginario colectivo: playeras en supermercados, vasos conmemorativos en Starbucks, playlists dedicadas en Spotify, por mencionar solo algunos ejemplos. A ello se suma la forma, poco común, en que sus creadores están conduciendo el cierre de la historia.
La última temporada, dividida en tres partes, ha mantenido cautiva a una audiencia global que hoy espera con expectativa la siguiente tanda de episodios, programada para el 25 de diciembre, y el desenlace definitivo el último día del año. Una travesía que comenzó en 2016 llega a su fin sin perder el respaldo de la crítica, con calificaciones sólidas en Rotten Tomatoes y una aceptación que se ha mantenido por encima del 80 por ciento.
Y si los números aún parecieran insuficientes para dimensionar el fenómeno, ahí están los datos: los primeros episodios de la quinta temporada registraron 59.6 millones de visualizaciones en apenas cinco días, el mejor debut de una serie en inglés en la historia de Netflix. Además, impulsaron a las temporadas anteriores de vuelta al top 10 de lo más visto, algo prácticamente inédito.
Stranger Things ya es historia de la televisión contemporánea. La pregunta inevitable es qué hará Netflix para llenar el vacío que dejará su despedida.
Welcome to Derry, un punto y aparte por si te quedaste con ganas de más
La serie que más me sorprendió en 2025 fue Welcome to Derry. Iba por cobre y encontré oro. Totalmente recomendable.
Su mayor acierto es que apuesta por una historia sólida en lugar de recurrir al “espanto barato”. HBO vuelve a demostrar por qué es líder en televisión: no hay personajes de relleno, todos aportan a la trama y cada arco narrativo tiene un propósito claro. La tensión se construye desde el primer episodio y se sostiene hasta el final. Entretenidísima, por decir lo menos.





