Los soldados ucranianos en el frente de Bajmut, en el este del país y epicentro actualmente de los combates con los rusos, se sienten desprotegidos ante la oleada incesante de bombardeos y ataques que llegan del otro lado del frente.
Por su parte, el jefe de la compañía rusa de mercenarios Wagner, el empresario Yevgueni Prigozhin, advirtió de que si sus efectivos se repliegan de Bajmut, ciudad en el este de Ucrania, “se desmoronará todo el frente”.
Prigozhin denunció también que a un representante suyo se le ha negado el acceso al cuartel general de la agrupación de las tropas rusas en Ucrania tras pedir en una carta urgentemente munición.
El lado ucraniano
Los comandantes de las tropas ucranianas se manifestaron a favor de continuar la operación defensiva y fortalecer aún más las posiciones en la estratégica ciudad.
Así se lo manifestaron al presidente del país, Volodímir Zelesnki, en la reunión celebrada este lunes por el Estado Mayor ucraniano, en la que se habló de la situación en los diferentes frentes de guerra, informó la Presidencia en un comunicado.
Durante el encuentro, los miembros del Estado Mayor analizaron especialmente la situación en Bajmut, asediada desde hace semanas por los mercenarios del grupo privado Warner, un comando de asalto vinculado al presidente de Rusia, Vladimir Putin.
El presidente de Ucrania reconoció hace unos días la difícil situación que atraviesa su Ejército en Bajmut, un estratégico bastión, nudo de comunicaciones, cuyo control podría permitir a los rusos establecer un corredor seguro en el este de Ucrania para trasladar soldados y armas.
Críticas desde el frente
El medio ucraniano The Kyiv Independent ha recogido testimonios de más de una docena de soldados ucranianos en la zona que describen el frente como “una picadora de carne”, por el alto número de bajas que se están produciendo en ambos bandos.
Durante las breves visitas que estos militares hacen a la cercana ciudad de Kostiantynivka, los soldados de infantería ucranianos narraron a The Kyiv Independent que batallones mal entrenados y sin preparación fueron arrojados a la primera línea “para sobrevivir lo mejor que pudieran” con el escaso apoyo de vehículos blindados, morteros, artillería, drones e información táctica.
“No recibimos ningún apoyo”, dice un soldado llamado Serhiy, que ha estado luchando en el frente en Bajmut, sentado con su amigo, también llamado Serhiy, para conversar en un pequeño café en el mercado Kostiantynivka.